No es lo que está afuera lo que pone color a la vida; tal vez sería bueno pasar la escoba por el patio trasero de nuestra existencia y poner la basura en su lugar. Descubriremos que las flores mantienen su aroma, el sol su brillo, el pan su gusto y las decepciones el invalorable hecho de hacernos crecer y madurar. Lo que sí tenemos es un oído preparado para escuchar la lenta y abrumadora soledad del ser. Si te viene bien te ofrezco el mío.