Ahora estoy sentado viendo un poco la tele donde están haciendo público un profundo comentario sobre los antiguos sucesos de la Explosión de Chernobil. Una idea me inunda todas mis sensaciones y yo la quiero atrapar para convertirla en conciencia… pero miro a través del cristal de la ventana y veo las luces encendidas de la noche… y no puedo entender qué es lo que sucede con esta humanidad somnolienta y atestada de ruidos por todas partes.
El pitido de la cafetera me hace dar un sobresalto y salto rápido del sillón para ir a compartir café con los demás. Son amigos que están en casa, dispuestos a comenzar una partida de mus… jejeje… mus mientras recorre la avenida una angustia acalorada y la idea que desea surgir concreta en mi pensamiento se hace inundadora y me llena de subterfugios e incógnitas.
Bueno. Ya está el café servido. Charlamos sobre las esperas… sí… sobre las esperas de esta vida… esas esperas que nos hacen pensar en ideas que jamás pueden aclararse porque los ruidos de la vida las convierten en opacas.
Hay veces que los ruidos de la vida, nos desgarran las entrañas, pero una buena partida de mus en compañia, es la mejor cura para el mal de ruidos, tambien hablar sobre ello, mantener opiniones encontradas, discernir, comunicarse, besazos