Van latiendo las horas sin reloj desde la levedad sin peso del ser irrevocable en el abandono de la linde entre lo supremo de la lluvia y el canto. Hay ya otros paisajes como conceptos de imágenes que existen en el reflejo de la bruma impar. Se transforma el trébol de los umbrales sin adiós donde el amarillo inicial del otoño viajero se asombra en los principios de sus brotes; algo así como hojas amarillas mecidas por el viento.
Van latiendo las horas sin reloj desde el sonido de las metáforas como cuerpos en el espacio dirigidos por la voz. Con intensa calma. Con danza de versos. Sólo con la vida segada con peso de reposo.
Van latiendo las horas sin reloj…
Las horas laten sin reloj cuando estamos esperando algo que deseamos que llegue, o que no llegue nunca.
Las horas que laten sin reloj se nos antojan más largas o más breves, dependiendo de cuál sea nuestro anhelo.
Te deseo lo mejor para esas horas sin reloj.
Un abrazo.