Apoyado en la esquina de la ducha lloraba silenciosamente mientras el agua despeñaba por su cuerpo las lágrimas hacia el sumidero. Así sentía que había sido su vida, hasta hoy. Un maloliente e interminable desagüe por el cual viajaban, haciendo rafting, sus sentimientos, sus deseos, sus ilusiones…
Hijo de militar autoritario, hosco y abstemio en sentimientos, compensado por una madre cariñosa y en exceso protectora, siempre y cuando el “General” no estuviese por cerca y le ladrara que lo tenía mimado, consentido y amariconado.- ¡ Los hombres no lloran, coño!-
Fue el protagonista de un guión prescrito y arcaico. Colegio religioso, carrera militar, boda por la iglesia y sus hijos, ¡sus hijos! único premio a una vida muda y en blanco y negro como esas películas de los años 20.
Deambulando entre noches en vela, siendo prisionero de sus dudas y miedos, así como de largas disputas consigo mismo, lo anunció mientras cenaban. – Me voy de casa-.
Su mujer contrajo el rostro presagiando el terror abismal al ultraje y enjuiciamiento colectivo, no expresaba sorpresa sabía que cada día que pasaba era una prórroga.
Su hijo le dedicó una mirada de náusea y desapego que le derrumbó, pero el tierno y benevolente abrazo de su hija le recompuso.
Oscar le abrió la puerta de su casa, de su vida, de su corazón… permitiendo que su armario se ventilara quedando perfumado con aromas de Frutas de la Pasión.
4 comentarios sobre “Ventilando el armario”
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Buen relato. Llevas acertadamente la línea de la secuencia y haces muy bien la conexión entre el primer párrafo y el segundo. También es excelente la conclusión final que le das al relato. Excelente.
Gracias diesel me alegra que le haya gustado, considero las críticas sean buena o malas parte esencial de esta afición por las letras. Es mi estreno en este portal que lo encontré casualmente y ha sido todo un hallazgo, para quellos que quieran conocer más de mí les invito a conocer mi blog personal.
Espero que este sea el inicio de una larga colaboración.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Hola Glosagon,encantada de leerte por primera vez.
No entiendo, ni quiero entender de versos, métrica, párrafos y estrofas….solo leo y me gusta lo que acabo de leer.
Me acordé de tiempos pasados, y las dos palabras que has escrito: (“abstemio en sentimientos”) me llegan al alma.
Un abrazo
Hola Marian, gracias por tu bienvenida, me alegro que el texto haya sido de tu agrado, yo soy de contar historias, no renglones ni palabras, creo que si el mensaje llega a los lectores y les mueve algo por dentro al leerlo,he logrado mi propòsito.
Por si te interesa tengo un blog personal al que te invito si quieres conocerlo. Un abrazo para tí también.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/