Ya no existen nuestros cuerpos
ni existen las soledades.
Se han fundido en un abrazo
tras los opacos cristales
que, fundidos con la lluvia,
expanden su resplandor
y brillan los vegetales
que reverberan verdor.
Nuestros cuerpos redimidos
mientras la lluvia resbala
se han fundido en un abrazo
en la esperanza del alba.
Hundidos en el horizonte
por donde nace el sol
y brillan los vegetales
que reverberan verdor.
Ya sólo existen silencios
en medio de las sensaciones.
Sólo existen los latidos
de vivas palpitaciones
que galopan mientras se abren
los pétalos de una flor
y brillan los vegetales
que reverberan verdor.
Amiga Wersemei, pediste hace días un poema para el amor en los períodos de la tercera edad. Ya Kiowa escribió unos sensacionales haikus sobre el tema. Yo aporto este pequeño grano de arena a la playa de la ancianidad y sus actos amoroso. !Que viva la tercera edad y que amen siempre como siempre!.
Me ha emocionado y mucho , un poema bellísimo que refleja con belleza y delicadeza el amor en la edad madura , si kiowa lo plasmó estupendamente en sus haikus , tú lo has terminado de bordar, Es un derroche de bellas palabras para describir la calma de los sentimientos de la tercera edad ¡¡ Que viva la tercera edad ¡¡¡
Un abrazo amigo diesel y muchas gracias .
Muy bello poema, Diesel, que describe muy bien las remansadas aguas de algunos amantes de la tercera edad. Y digo algunos porque me han contado de algunos desenfrenos en viajes de jubilados por el Levante español. Jajajaja.
Pero supongo que eso no es amor, sino deseos de recuperar una parte de la perdida juventud. Quizá en la juventud estuvieron demasiado reprimidos y tienen que expresarse ahora…