Es la espontaneidad un instinto
precario en los mortales de la vida
y es en esa mortalidad sufija
donde reside toda su materia.
Es la espontaneidad un suceso
de mil colores saltarines
que, como sinfonía de violines,
da el acorde de nuestras existencias.
Es la espontaneidad una corola
de flores encendidas bajo el rayo
de la mágica creatividad.
Ya está
el pétalo de la rosa encendido
bajo el sol del estío y la verbena.
Las magnolias le rodean
bajo el crepúsculo de los pensamientos.
Las azucenas claman sus olores
y las begonias, jacintos y dalias,
como espadas clavadas en tu ausencia
lloran al infinito de todas sus pasiones.
Pero la corola de todos los vegetales
abren sus cúpulas doradas bajo el sol
para ahuyentar todos los dolores
y convertir el campo de las amapolas
en girasoles de tercipelo azul.
Así eres tú…
espontaneidad de poeta y de viajero
del oasis de la Imaginación.