¡Vuelve, vuelve, Sulamita, vuelve, vuelve, que te miremos!
Cantar de los Cantares 7: 1
Es Otoño y Noviembre en sus albores, la fresca tarde de bermejos matices promete complicidad a los amantes que pasean por el parque. Me deslizo sobre la alfombra de hojas secas y disfrutando del susurro del viento. Pan a lo lejos toca y caigo hechizado en la sensualidad de su flauta.
Nada parece faltarme en la simplicidad de mi vida y mi vagar en este día, rezumo dicha y de mis preocupaciones me he olvidado. Me siento bien. Todo está bien. Todo y sin embargo, algo me mantiene inquieto, una extraña y equívoca sensación de vacuidad, de necesidad. Y es que no había reparado en el hecho de que, justamente, hoy es Noviembre 13, el mes, el día, la fecha fatal que habría de recordar a costa incluso de mi voluntad. Cinco años son tiempo suficiente para poner distancia pero no el necesario para que llegue el olvido.
Sí, la tarde promete complicidad a los amantes, a mi me promete en cambio, una función en el cinema con la película y soundtrack de nuestras vidas, una sucesión de cuadros, de escenas, recuerdos. Tú la protagonista, en este drama que comenzamos hace seis o siete otoños. Hoy es día de recuerdo y surge nuevamente el grito, la demanda, la súplica. Vuelve. Vuelve Miranda vuelve.Vuelve mi sulamita, se de nuevo el fruto prohibido, mi carro de faraón, vuelve como en los tangos de Gardel se vuelve al lugar del primer soñar. Dame, Miranda, razones para creer en los reencuentros, para pensar que la resurrección es posible, para no imprecar más en tu nombre. Que tu largo viaje, Miranda, haga escala en mi país, en mi ciudad, en mi vieja calle. Por que sin tí la vida no ha sido fácil, la amargura poco a poco me envenena.
Un globo rojo pasa flotando frente mío, un chiquillo corre tras él y yo le observo. Quisiera por hoy ser como él y olvidarme un poco. Quizá Miranda, nunca vuelvas, pero sábelo hoy y bien, que los otoños seguirán siendo tuyos en este lugar. Que aunque el tiempo implacable se vuelque sobre nosotros, siempre habrá vientos que soplen en la misma dirección y quizás, alguna que otra vez, me hablen de ti.
Muy bello texto lleno de nostalgia y una gran claridad de exposición temática. Es digna la voluntad con la que está escrito y está lleno de tierna conciencia adornada con recuerdos y cultura viva… !Un abrazo y felicidades por el texto!.