Y comienzo a escribir en este eco de las olas, en una ciudad con azules de mar y naranjas de costa y reencuentros con la vida y verdades y muchas muchas cosas más; en el silencio donde nadie mira otra cosa sino el propio corazón con historias libres. Comienzo a escribir en este afán de hojas amarilleadas por el tiempo del otoño y en el verde mapa de las identidades. Aquí, en este boceto de futuro, se hace la existencia como un pétalo de estambres yuxtapuestos que se abre al compás que la mano va escribiendo sus auténticas esperanzas. Hoy no es en realidad un día sino un tiempo compuesto de sustantivos que penden, ingrávidas, en el eje de todos los emergentes sentidos humanos.
4 comentarios sobre “Y comienzo a escribir…”
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Y en realidad el fin del dia, depende de esos sentidos humanos variables e impredecibles, haciendo de cada dia uno solo.
Y comenzamos a escribir, cada uno en su ciudad, para describir nuestros estados de ánimo, nuestras experiencias, nuestros amores y desamores. Comenzamos a escribir para reencontrarnos cada día con nosotros mismos.
Que envidia escribir desde un lugar así… aquí ni siquiera tengo cerca alguna de las “playas” artificiales que puso el Carnal Marcelo para inspirarme… lo que si tengo cerca (afuera del edificio, para ser precisos) es una bonita obra de construcción del metro que hace un escandalo adorable las 24 horas del día… y eso que ni siquiera es la construcción del túnel aun.
Me gustaria estar en ese idílico y escribir mis historias como tú lo haces.
Un abrazo