Negrata. La calle huele ya a verano. Semáforos rojos y pantalones cortos. La ciudad comienza a morir de angustia. Negrata vive entre la vida y la muerte. Juega en el retiro a ser tragafuegos. La gente se sorprende de su boca tan grande y de la llama generosa que vomitan sus entrañas. Un poli le ha dicho que se retire. No hay razones justas, ni injustas, ni nada…Simplemente dice que es un peligro publico, que su juego de llamas está prohibido. Negrata intenta decir palabras, pero el poli firme le responde…Y punto.
Un comentario sobre “Y punto.”
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Hola, me gustó.
La ciudad no es apta para dragones.