Ya todo se viste de fiesta. Aunque no se pueda, se gasta, se come más de lo debido. Compramos por impulso, porque los demás lo hacen, porque las fechas lo requieren.
¿Por qué no hacemos las cosas más sensatamente y nos ceñimos al presupuesto de que disponemos?
Seguro que somos más felices haciendo las cosas coherentemente, no porque nos lo digan en los anuncios de la televisión, de los diarios o en las vallas publicitarias.
Si no se pueden comer centollos, se come conejo (eso es lo que voy a cocinar como cada año), sino se come merluza, se come pollo. La cuestión es llenar el estómago y estar en buena compañía.
Con los regalos sucede lo mismo. No por ser más caros la persona que los recibe es más feliz.
Hagamos de estos días como si del resto del año se tratara. Vivamos normalmente y dejemos los excesos. No pretendamos querer lo que nos está vetado y tirar la casa por la ventana si no se tienen ventanas ni casa.
Felices Fiestas a todos y todas.
Wermesei, tu texto parece lo que, como decían antes, dice por ahí un tal Pero Grullo, que dice cosas tan evidentes que todos lo toman por tonto al soltar cosas tan evidentes. Pero Grullo sigue siendo el mismo bobo, ¿sabes? Pero ahora tiene un coeficiente intelectual de velocidad de la luz si lo comparas con la sociedad-rebaño que tira para donde vayan los demás. ¡Por fin un texto un poco distinto por navidad! Gracias por el regalo.
Feliz año a ti tambien.
Me alegro de verte por aqui H2O
Tienes toda la razón, vivimos una época de consumo “puro y duro” sin darnos cuenta de que podemos caer en el descontrol y el endeudamiento; situación esta que lo único que puede generar es un alto grado de infelicidad.
No es casualidad que la paga extra coincida con estas fechas. Es una forma muy sutil de darle al trabajador un dinero extra con una mano y quitarselo con la otra (a traves del consumo desaforado de estos días, que hace que el dinero vuelva nuevamente a las manos de los empresarios).
Saludos y feliz año nuevo.