Un fondo de árboles, mujeres y niños
tocando la frontera de toda la conciencia.
Me muevo por la escena de esta tarde
como ligera brisa vestida de cáñamo;
la música del viento es palabra limada
en las oleadas de las aves en la sombra…
y al este del cristal pintado en la laguna
estalla el misterio de las voces bajas.
Yo soy aquel muchacho que un día
no podía salir del fondo de sus ojos
y con el corazón húmedo de lunas
se abrió paso con el beso despiadado.
Un fondo de musgo, amor y algas
tocando el pecho con sus llamas pálidas.
Me muevo por el sueño que no se marcha
como sonido de garganta en riesgo;
la música de las flores abren sus ritmos
en las oleadas de mares sobre la tierra…
y al este del asir ahora la pluma
estallo de palabras con afán de espejo.
Yo soy aquel muchacho que un día
no podía salir del fondo de sus ojos
y con el corazón húmedo de lunas
se abrió paso con el beso despiadado.
Un cierto aire a la “Divina Comedia”, en el medio del bosque de la vida… Nostálgico recuerdo, consciencia de ser yo, lucha continua, esa es la vida.
Maravilloso, Diesel.
Nos maravillamos a veces de haber sido aquel niño, aquel adolescente, con su inocencia perdida para siempre.
Tu poema es nostálgico y bello.
Enhorabuena.