Ella ya tiene 15 y yo tengo 22. La suerte está echada. El enemigo ha sido totalmente derrotado. Ya sólo falta el encuentro pero ella ya lo ha decidido. Meme hace el memo por echar el órdago a las chicas a las primeras de cambio y yo no tengo más que hacer que dejarme llevar. Victoria aplastante. Meme se retira de la Copa Fiocchi y, ante todos los demás, no vuelve a levantar cabeza. Las chapas están liberadas y las chicas también. Sólo queda esperar al encuentro aunque ya lo tengo visualizado infinidad de veces. Meme ni se entera. Le meto un gancho de izquierdas para rematar con un directo de derechas. KO. Está tan KO que ya no sabe reaccionar.
Ella ya tiene 15 y suena la música celestial pero con la corrección oportuna para dejar las cosas en su sitio y en su verdadero lugar: Quince años tiene mi amor. Le gusta tanto bailar el rock. Es una chiquilla tan divina y colosal. Tiene una mirada que nadie puede aguantar. Esa chica no tiene igual y cuando baila es sensacional. Si le doy mi mano ella la acariciará. Si le doy un beso ya sabré lo que es soñar. Un ángel es mi amor. Sus cabellos negros son. Bonita y caprichosa. La carita color roja. Pero cuando más me gusta es bailando este rock. Quince años tiene mi amor. Dulce, tierna como una flor. Cuando el sol se pone es la estrella que da luz. Quiero repetirte que no hay nadie como tú. Un ángel es mi amor. Sus cabellos negros son. Bonita y caprichosa. La carita color roja. Pero cuando más me gusta es bailando este rock. Quince años tiene mi amor. Dulce, tierna como una flor. Cuando el sol se pone es la estrella que da luz. Quiero repetirte que no hay nadie como tú. Quince años tiene mi amor. Quince años tiene mi amor.
Meme ha caído en su propia trampa y ahora bebe quina para olvidar. En la tele suena la canción de la venganza: somos malos malasombra somos malos de verdad somos como una espina que sólo sabe pinchar ¡y más malos que la quina!. San Clemente, la quina de San Clemente se pasea por la provincia de Cuenca mientras yo voy por los madriles y pienso en Badajoz. Y es que entre Cáceres y Quito no tengo ni la menor duda: me quedo para siempre y para toda la Eternidad con la morenita de Quito. La Princesa que ha elegido por su propia voluntad y ha rechazado al machismo para quedarse con quien la ama de verdad desde que ella nació. Meme cayó en la trampa que tantas veces había usado con las chapas y con las chavalas sin distinguir las buenas de las malas. Yo no. Yo siempre he sabido diferenciar el gusto del disgusto. 15 años tiene ella y 22 tengo yo. Traigo la ropa manchada de sangre de Alcalá de Henares, pero he logrado vencer. La sangre, al fin y al cabo, la podemos lavar los luchadores. Meme ni sabe por dónde han venido los tiros. Él mataba inocentes pajarillos pero yo acertaba en el centro de la diana. Por eso Ella no lo dudó al elegir. Puso la trampa de la quina y Meme cayó en su propia trampa. Ella prefiere “Gorriones con quien hablar” en vez de matar a quienes no hacen daño a nadie. Y en todas partes se escuchó mi canción.
Siempre llega solitario, siempre marcha más allá.. no se sabe de dónde viene, no se sabe a dónde va. Hay en sus ojos un silencio imposible de averiguar. No es tristeza ni es misterio, sólo un distraído mirar. Camina lento y despacio como si no quisiera dañar las piedras de los caminos, el verde del vegetal… Le observo cuando descubro que mora en el ventanal de la esquina donde bebe y fuma allí sin hablar. Hoy le pregunté la hora… una sonrisa, no más, se ha perfilado en su boca sin poderme contestar. No tiene reloj ni tiempo, no tiene ningún lugar, y esconde en su silencio algún profundo soñar. Su patria es el universo, no hay frontera en su caminar, y he podido descubrirle que ama la eternidad. Me ha regalado un verso antes de irse a andar… un verso que acaba diciendo “el Amor no morirá”. Si le encuentras algún día no interrogues su Verdad. Quizás sólo busca gorriones… gorriones con quien hablar.
Ella ya tiene 15 y yo tengo 22. Y la nombro Lina como Dios ha querido que se llame. Lina del Ecuador. Liliana. No tomo jamás quina sino que me aventuro en la selva sin tener más sed que los labios de Lina. Si Meme no sabe entenderlo, interpretarlo o asimilarlo no es problema de nadie más que de él mismo.Y que aprenda, si quiere, a descifrar la Verdad. Si no quiere seguirá mintiendo al decir que Murillo era el mejor… pero la Copa Fiocchi demostró que era igual a los demás. En cuanto a Lina ya todo está escrito y bien escrito por cierto. Es el acrónimo de Liliana, mi Princesa del cuento infantil convertida en realidad. Y esto,como dice Carrión, ya es historia. Hasta quizás sea que pienso en Carrión de los Condes o, mejor dicho, en “La condesa de Quito”.