Yo te prometo que tendrás más que palabras
perdidas en las promesas inútiles del día.
Tendrás besos de sólida presencia
en tu alma de dulce mediodía.
Archivo por días: 24 octubre, 2004
No digas nunca hasta luego…. (Para Liliana y todos los demás)
Márchate en silencio, sin decirle a nadie adiós… ni tan siquiera digas a nadie hasta luego aún sabiendo que en breves instantes vas a estar otra vez aquí, en este espacio donde bebes las brisas de toda las sonrisas o recoges las tristezas de todos los que se fueron… así que, haz el equipaje, no mires nunca para atrás -para no quedar convertido o convertida en estatua de sal- y recuerda que no debes decirle a nadie ni hasta luego aunque instantes después los vuelvas a reconocer en la corteza de un melocotonero o en esa roca salvaje que, en medio del ancho río, te sirve de descanso o desembarcadero para tomar limpiamente el sol.
Niños contra la guerra
En un belicoso mundo de adultos, donde se presenta la guerra como un inevitable videojuego para los vencedores, el mejor argumento por la paz proviene de la inteligencia infantil desde el candor de sus diarios.
Parece imposible que hayan sido los niños quienes han escrito los mejores alegatos contra la guerra. Con sólo un lápiz y unas cuartillas, respaldados por el poder la palabra, algunas de sus composiciones infantiles en forma de cuadernos constituyen los ensayos pacifistas más memorables.
El regreso
Ulises se me antoja el prototipo del hombre que regresa. No valoro su historia, sino el sentido responsable del regreso. Me ilusiona regresar. Despierta en mí ese deseo de reencuentro, de descubrir el amplio despliegue de tantos nuevos escritos, y la permanancia de un “espacio de libertad” que sigue siendo fiel a sus principios.