Hace un rato que he abierto el ordenador y he conectado con Vorem. 3 “advertencias” en mi último escrito. No me hubiera atrevido a juzgar con tanta precisión mi escrito sin haberlo leído un par de veces. Dije que No, pero no proclamé nada en contra, ni arremetí contra Iren y sus deseos. Quizá lo exprese como suelo hacerlo y se entendió como lo entendístéis. Creo que si fui libre para decir No y ser consecuente con la “libertad que se proclama en esta página”, he pensado que si No iría a la Kedada, tampoco puedo Kedar en esta página. No me gusta dar la sensación de bicho raro. Supongo que tampoco es una actitud infantil; prefiero ser sincero y mantener mi criterio. No me gusta ofender, ni jugar con los sentimientos. No creo destilar amargura en exceso. Me gusta escribir sobre la vida y hay momentos en los que las respuestas pueden asustarme. Me disculpo si en algo os he podido molestar. No cabe duda de que siempre ciertas manifestaciones parecen tener un impacto mayor que otras. Todo sea por el equilibrio natural, que como colegas se debe mantener. Mi propósito fue uno; las consecuencias ya pertenecen al pasado. Al igual que en mi primer escrito, y que pusísteis en la revista de Diciembre…es probable que intuyera mi papel de “idiota”.
Archivo por días: 16 diciembre, 2005
¿Qué le pasa a Don Ricardo?
Hay una larga serie de cuentos e historias sobre hombres solitarios, viejos gruñones que odian a la sociedad y se encierran en lúgubres mansiones a las que hay que acercarse con miedo y pavor porque te sueltan un escopetazo. Y de ancianas que rechazan a escobazos a todo el que pisa sus sembrados o son capaces de envenenar manzanas para dárselas a las ingenuas blancanieves que sólo buscan ser felices. El caso es que Don Ricardo es un vecino que siempre marcha solitario por la calle. Todos los días le saludo y él nunca jamás me contesta.
Ya cansado de Don Ricardo pregunto a mi suegrita qué ocurre con el citado señor… Te equivocas, José, me contesta ella. Don Ricardo es muy sociable y le gusta hablar con la gente. Lo que sucede es que está completamente sordo. Es más sordo que una tapia.
EN EL SILENCIO DE SUS PALABRAS
CON LOS BRAZOS ABIERTOS LO ESPERARE
LA NECESITO
HABLAR ,CALLAR O OCULTAR LA VERDAD
Su cabeza da vueltas
No para de pensar
No sabe si hablar o callar
Si sus temores o dudas contar
O por todo lo contrario estas ocultar.
A quien ha querido por un motivo u otro ha perdido
Por dentro un vacío muy grande ha sentido
Porque de su lado se han ido
A los que más ha querido
de los quienes más ha aprendido
PUERTA CERRADA
BESAME
Adivina…
El rostro de un hombre inmenso y brutal. Reflejos dorados de un campo de trigo. El azul intenso del cielo. Gemidos, estertores, enlazados con chillidos de pánico. Huecas carcajadas procedentes del infierno. La escena se tiñó de sangre. Percibió la muerte como un flash.
Se agitó al salir del trance. Su rubia cabellera dibujó una media verónica. Un sudor frío le recorrió todo el cuerpo. Notó el vello erizado y los poros comprimidos. Intentó recoger las cartas que yacían sobre la mesa pero, perturbada por la violenta escena, había perdido todo control sobre sus manos. Reprimió el vómito y, consternada, soltó la baraja.