Aquel día llovía más despacio que nunca, el anciano lugareño del vecino arrabal subía la cuesta más despacio que nunca y la niña de las trenzas doradas saltaba a la comba más despacio que nunca… como si las nubes se hubiesen prometido a sí mismas escanciar matemáticamente pausada
la espesura de sus líquidos contenidos; como si el bastón del abuelo hubiese decidido relantizar el cronómetro de su nudoso reloj; como si la cuerda de la pequeña saltimbanqui hubiese combado sus curvas estirándolas más allá de los límites de las circunferencias del aire. Aquel día la vida entera se desarrolló más despacio que nunca… como si la meta del final del mundo estuviese ya tan cercana que diese miedo aproximarse a ella al ritmo normal de los segundos. Y entonces fue cuando, en aquel día, todo se detuvo para convertirse en un fotograma perenne de la serenidad. MáS despacio que nunca regresé a casa, me desvestí y me quedé simplemente dormido para poder captar el verdadero sentido de la existencia.
Archivo por días: 4 mayo, 2006
quizas
Quizas una nube oscura ensombrezca nuestro encuentro
quizas una rafaga de viento enfrie ese momento
quizas unas gotas lluvia mojen nuestros besos
quizas un rayo de sol ilumine todo lo que hacemos
quizas tu llegues tarde y no importe el tiempo
quizas no llegues nunca y el tiempo me importe un bledo
quizas te llame al movil y escuche una excusa
quizas te llame por telefono mientras te duchas
quizas piense que no vienes y me vaya para casa
quizas llegues tarde y me cuentes una excusa barata
quizas llegues pues esperando estoy
Las 31 Revelaciones en Vorem.
Revelación 3.
Uniendo las partes llegas a descubrir que has creado una pequeña “obra”. Vorem es una forma de memoria donde podemos caminar en varias direcciones. Quizá, su estructura sencilla, se asemeja mucho a un cuaderno de viaje, a un diario personal…pero todavía es más,porque se comparte, porque crea un sentido del mundo donde puedes, también sentirte unido. El poeta escribía:
“Sobre una hoja quedaron escritas las palabras
de alguien que por aquí paso…hojas de higuera
caídas de un árbol vivo y tan amplio, que todas
las primaveras renacía en la Libertad”.
El estigma de Caín
. Una vez tuve un profesor que no sabía que yo existía
(ninguno lo sabía, pero de éste lo recuerdo especialmente).
Cuando él hablaba yo sentía
que no estaba a la altura de sus enseñanzas,
como si no me llegara lo que quería decir,
como si algo rígido tapara mi cuerpo
para que ninguna de sus palabras se colaran
hasta el fondo.
Demian, de Herman Hesse
fue uno de los libros que tuve que leer
y lo leí superficialmente.
Recuerdo que sentía que había hecho
el mejor trabajo sobre un libro hasta entonces,
pero no lo valoró como yo esperaba,
y saltó una chispa en mi interior
diferente a todo lo que había sentido jamás
¿Qué era eso tan extraño
que éste hombre pretendía?