Había dos aviadores con dos intenciones distintas. Uno de ellos quería volar lo más lejos posibles. El otro quería volar lo más alto que se pudiera. Uno de ellos buscaba el infinito. El otro buscaba a Dios. El que quería ir más lejos todavía está dando vueltas alrededor de la Tierra. El que quería ir más alto salió al Universo y todavía navega subiendo por él. Ninguno de los dos, hasta el día de hoy, ha logrado su objetivo. Ni el de las distancias ha encontrado el límite de la existencia ni el de las alturas ha encontrado a Dios.
Archivo por días: 21 julio, 2006
Desamor
Tras los cristales observo el ir y venir del tiempo,hojas que se agitan por el cálido viento,destellos de luz y calor en el asfalto,conversaciones vanales que ayudan a pasar la mañana, un vehiculo que rompe el silencio.
Buscando tras ellos, la respuesta a esta soledad impuesta, a este desasosiego, al dolor compungido en mi pecho.
Sin aliento,con los ojos secos,miro tras ellos ,como una niña esperando un muñeco que la saque del aburrimiento.
Miles de preguntas sin respuesta, el dolor genera preguntas que generan más dolor, miro en los libros, al cielo,al universo y no encuentro.
¿Dónde?.
Amar siempre vuestra existencia.
Nada es casualidad. Todo hace círculos. El problema es averiguar el diámetro y la coincidencia. Una maravillosa ocasión de vida que se nos presente debe ser descubierta a tiempo. Aprovechada al máximo. Entre los muchos méritos que tiene el éxito personal se encuentra el golpe de fortuna que espera ser aprovechado como oportunidad. Lo debemos creer. Percibir. Sentir. Estar bien tranquilos en esa parte de la cita que s enos presenta como una meta de etapa de Tour ciclista. Tener siempre presente que somos capaces de lograr la hazaña. Confirmar el buen augurio de un proyecto personal determinado depende mucho de la emoción con que lo afrontemos. Hay que marcar el ritmo. Hay que saber “subir” y “bajar” con los vientos a favor o en contra. La consigna es impedir que se escape el momento de nuestra gloria. Sea cual sea ese momento que nos hace sentirnos felices. Aprovechar al límite todos nuestros medios lícitos, humanos y honestos, para encontrar el buen reparto de suerte. Suerte y al toro. Dar señales de vida y no de debilidad. Circular alejándonos de las “caídas” peligrosas. No traumatizarse con los pensamientos de fracaso sino creernos capaces de aprovechar este instante que se nos presenta. Todo sangre y corazón. Luchar por la victoria homérica escapando del pesimismo. Y entretanto estar siempre con la mente de la ilusión en nuestra cabeza y con mucho entusiasmo en el ánimo. Cabe mucha ilusión en nuestra mente y alma. Mucha ilusión y mucho entusiasmo. Tanto como casta tengamos de sempiternos soñadores. Hay que luchar para llegar a vivir la aventura. Sólo tenemos una vida para experimentarlo. La máxima expresión de esa aventura debe ser nuestro continuo entusiasmo. Humanos son los tiempos de nuestra vida y nosotros somos solo humanos. Debemos vivir como humanos realizados. No merece la pena vivir otra clase de vida. Seguir siempre con el sueño de alcanzar la felicidad. Por eso os pido que no os vayáis. No os vayáis nunca de la vida y amar vuestras existencias.