Sus ojos se cruzaron
y el mundo se paró.
El llegaba tarde a la oficina
ella debía cojer un tren.
Tan sólo fué un instante…
Desaparecieron las prisas,
desaparecieron la vías,
el mundio entero desapareció.
chica,
ya se que habras encontrado el cuchillo,
que escondi detras de mi gaveta a miedo de que me mataras durmiendo
y se que estaras llorando de rabia
y estaras tomando sola el te del atardecer,
y me gritaras como si yo, aun estubiese alli,
chica maligna,
se que estaras mirando mis viejos escrtios,
y estaras recordando las tardes de amor que te brinde,
mientras yo,
!Menudo tabarrón me ha caído encima!. Llevo una hora larga aguantando el ataque. !Cómo detesto a estos donjuanes de verano que siempre atacan de dos en dos e intentan ligarte contándote chistes vulgares llenos de sexo implícito sin sensatez alguna!. El caso es que estoy aquí, en el mostrador de la cafetería, aguantando, una vez más, esta oleada de moscas verdes que te desnudan con el pensamiento mientras quieren cambiar materia por materia. Observo sus “looks fashions glamours” y me dan arcadas cuando escucho sus inmemoriales rollos de dramaturgia secular. Para ahuyentarlos sólo pienso en tí. en el hombre que acaricia con su voz mientras los ojos te envuelven en sus brazos melodiosamente, dulcemente, sin más adorno que el de la verdadera virilidad.
Asomado al balcón de la cornisa de la Costa de la Muerte, Nerón toca su cítara mientras sus vándalos “hunos” (aliados con el Imperio de la Desolación) desatan el infierno entre las vegetaciones y las arboledas gallegas. Nerón ha estado veraneando en Galicia y como factor de tinieblas ha quemado el corazón de las inocencias. !Cuánto verdor siendo pasto de las llamadas por culpa de unos lunáticos a los que no importa dejar la superficie de la Tierra como la de su amada “luna” de los desiertos!. Los pirómanos enloquecen de placer bajo la cítara de Nerón asomado a la Cornisa. Todos contemplamos la escena atemorizados por las llamas de la locura… !cuánto tiempo habrá de pasar para olvidar los horrores del Imperio del Mal!. Nerón no culpa ahora a los cristianos. Nerón sólo se solaza con la Destrucción Histórica de los Bosques. Una página exacrable de la historia de los humanos enloquecidos por el placer del fuego. Quizás sea este el verdadero Infierno de las Incongruencias. Acabaremos todos bajo los pies de los caballos que galopan y no vuelve a crecer la hierba allí donde pisan. Porque Nerón ha unido su historia a la de Atila. !Barbaridades del siglo XXI!.