Más allá…

Mi mirada es hoy un incógnito ser invitado a compartir las ingrávidas nubes con la luz del alma. Hay tal vez latidos en el eco de la lluvia y dibuja mi mente círculos mágicos que se convierten en cariño para mirar con ilusión la vida. Hay suavidad en el ansia de amar lo que tenemos que vivir con todos los sentidos rozándonos la piel de los años. Caminemos. Más allá podría ser que encontremos el alba. Seguro. Adelante. Más allá… más allá…

Un mundo nuevo.

Imagino todo un escenario detenido por el tiempo, una pantalla congelada en donde tan solo yo pudiera ser consciente de la realidad.

Imagino tocando los rostros de la gente, los gestos últimos esperando a terminar y yo situada frente a todos, frente a gotas de agua que no llegaron a caer al suelo, frente a un inmenso reloj parado cuyas manecillas pedían un breve y efímero descanso a la eternidad, moviéndome suavemente entre la vida dormida.

Andaría por detrás, por delante de todos y todo cuanto me rodease en aquellos instantes.

Poema

No. Negación de palabra.
¿Quién rompe el ritmo acelerando el paso?
Una sumisión de ejércitos cautivos de la rima
se derrumbar célibes.
¡Naranjas de la China!
En una esquina
un ciego canta requiebros de amor desesperado.
Pasado que se pesa sobre una mesa,
esclavo de habladurias y gentilezas,
pobreza de decires….
Los Fakires del verso juegan con las espadas.
Un poema roto, desgajada, casi a punto de morir.
No. Decir…no impide.
Luego sigue.
Luego intenta.
Luego revienta el No
y avanza entre sus cenizas.