Odiar

Todos levantaron la mano, porque todos querían responder a la pregunta. Todos habían sentido alguna vez la necesidad de odiar. Alguien no quiso decir por qué. Odiar. En su pensamiento odiaba la estrechez de los injustos. Su humanidad era simple, y odiar no le suponía ser ni más ni menos humilde. Alguien le señaló con el dedo: él era odiado por los demás, sometido por el pensamiento y la burla. En su silencio odiaba sin conocer el por qué, simplemente la palabra estaba en el aire y la escucha sin querer.

Los políticos a lo Sancho

Los políticos comienzan por sentirse como Sancho el Fuerte en su trono de Castilla y León, demostrando tener el valor suficiente como para enfrentarse en las arenas del circo de la geografía nacional e ir eliminando, poco a poco, a los Vellidos Dolfos contrarios. Despues, al ser elegidos por los pueblos, comienzan por actuar como Sancho el Sabio, repartiendo leyes con innata percepción de ser importantes para la historia. Al final, todos ellos terminan como Sancho Panza… comiendo suculentos almuerzos y cenas pantagruélicas y olvidando todas y cada una de sus promesas electoralistas. Este el recorrido de todos los políticos a lo Sancho que son una especie abundantísima y, lastimosamente, sin peligro de extinción por el momento. Sigue Leyendo...

Cambio…

Amargas las ganas de despedida, ilusiones con sabor a melancolía, emociones a medias, la razón a medio destruir, deseo con matiz de desgana, retazos del pasado y colores de un presente que ya es futuro, de una vida que discurre, así son los momentos de cambio, de búsqueda, así es un hoy y un quizás mañana, sólo quizás.

Un nuevo lugar, siempre diferente a como lo habíamos imaginado, nuevas sensaciones y una parte de este yo que sigue creciendo, que se deja sentir y llenar de nuevos aromas, de personas que aparecen mientras recordamos aquellas que quedaron en el camino, de aprendizajes con sabor a vida, de emociones con olor a mi, y a otros que comparto y vivo. Sigue Leyendo...

Mi invisible Noeliaf

Hace tiempo que encuentro entre mis textos tu comentario. en uno de tus escritos quise dejar el mío, pero no sé que cosa extraña…creí que ya era tarde. Hoy me atrevo a escribirte un comentario tan amplio como un breve texto y tan texto como soy capaz de escribir. quiero dare las gracias por tus detalles. Un texto lleno de miradas invisibles es tan sugerente como inevitable mirar si alguna mirada dice su nombre. Simplemente por este motivo. Simplemente porque hoy mi comentario está aquí escrito, por lo que esribes y para cuanto escribas. Un saludo desde el corazón. Sigue Leyendo...