Un tesoro en la papelera

¿Te has fijado? Y el muchacho sonreía con cara de susto. El viejo señalaba una papelera y su dedo negro le indicaba que mirara. El muchacho ponía cara de asco. La papelera era un submundo, el relato de un deshecho, la herencia irónica de los obesos. El viejo hablaba de tesoros escondidos, de paquetes enteros de pañuelos de papel y hasta de carteras robadas con algún euro olvidado. ¿Te has fijado? Y el muchacho sonrería casi haciendo burla. Aquel viejo loco no valía nada, era un sin historia que meaba en la calle; casi una baldosa antigua y desgastada. El viejo miraba hacia el fin del mundo y el muchacho reía desde su impotencia. Una papelera era madre de un tesoro, de pañuelos de papel y cáscaras de plátano. La vida estaba escrita en su camiseta. El viejo era viejo, sin mayor historia. Se quedaron solos en mitad de la calle, en el lugar exacto donde nadie nace. Sigue Leyendo...

Es el rumbo amoroso…

Alguien… ¿quién fue?, ¿cuándo sucedió?, ¿cómo ocurrió el asunto?… me indicó tu camino, porque yo, hasta entonces, no sabía que existías en el mundo ni que estabas en él para acompasar nuestros mutuos ritmos y pulir nuestras almas en una misma vasija de color corazón. Igual que tantas veces, me alimentaba de las orillas con sabor a mar y a arena cuando alguien… no sé bien quién, ni cuándo ni cómo, me hizo encontrar tu sueño entre la gente que limaba los cursos de las olas y los vientos. Y me acerqué a ti… Sigue Leyendo...

Comentarios trás leer la vida de Byron.

Byron sentía la vida como un gran espectáculo, como una potente necesidad de expansión.
Era apetito de totalidad, maravillosa extrañeza ante el Universo.
Era una persona tán tremendamente vital, que vivia atormentado.
Repetia a menudo una frase, “yo nunca seré féliz”.
La disconformidad, la rebeldia, la falta de mediocridad, su permanente lucha contra la falsa moral, los intereses cerados, eran un permanente sufrimiento que el asumia, fabricandose su proio “circo”, su propio mundo, lleno de savoir affaire, de eleagncia, de boato.
No queria renuncia a ningún disfrute de la viad,. Sigue Leyendo...

un humilde intento poético

En la penumbra escondida del baúl de mi memoria,
como pájaros dormidos palpitando calor de suaves plumas
.
Asi atesoro yo mis pensamientos cautivos, en la espiral del recuerdo de tu boca.
Fugaz destello de otra vida, que quiero sentir y se me escapa.

Cegada por la luz, al salir de la bodega de mi alma
.
Replegada trás el indeciso encuentro que termina en incomprensible batalla.

Antes de levantar el puente de la nostalgia,
una última mirada refleja la certeza de la distancia en tus palabras.

ensayando respetuosamente un poema

En la penumbra escondida del baúl de mi memoria,
como pájaros dormidos, palpitando calor de suaves plumas.

Así atesoro yo mis pensamientos cautivos
en la espiral del recuerdo de tu boca.
Fugaz destello e otra vida que quiero sentir
y se me escapa.

Cegada por la luz, al salir de la bodega de mi alma.
Replegada trás el indeciso encuentro que termina en iinútil batalla.
Antes de levantar el puente de la nostalgia
una última mirada refleja la distancia de tus palabras.