Ven y rescátame,
de los pasos lentos e inútiles,
de las horas marcadas sin sentido,
del paso raso de los días,
del descanso cortejado y sin sueños,
de la luz del hoy que se termina,
del sabor a nostalgia del silencio,
Ven y redímeme,
de la voz turbada del espejo,
de las calles por recorrer sin salida,
de la risa que seduce sin eco,
del frío metálico de la lluvia,
de la tarde gris desgarrada en nubes,
de esos ojos hermosos y sin alma,
Finalmente Ven…
Y Libérame de mi misma,
De este eterno deambular sin vida