Tenía la comarca holandesa grandes campos de tulipanes, que forraban la limpia arena, y se entremezclaba con el rojo de sus amapolas. El cielo rallaba los campos con los perfumes de las mariposas y el suave sol mecía sus rayos como si fuera un manto dorado que realzaba la belleza de la región.
En el centro de ellá, había una casita echa de madera de caoba, con sus ventanales, que apuntaban al norte, pareciendo dos ojos que miraban coquetamente la belleza de sus campos. La puerta apuntaba al sur y, en las noches, su madera era acariciada por el suave viento. Al atardecer se podía oír silbar el viento como galán que habla a su amada al regresar al hogar.
Archivo por días: 14 marzo, 2009
Como asumido por el hado enorme
Flotan en el ambiente de la llanura
las manos invisibles de los vientos
y la fuerza se hace golpe exaltado
en las aspas del molino somnoliento.
Y ya el vértigo de este designio,
como asumido por el hado enorme,
con avaricia desmadeja el tiempo
haciéndolo fragua entre las aspas.
Y cruje el molino… cruje
como un navío al borde del naufragio
y ya todo se hace aullido
en esta llanura de violencia y ruido.
La fe del mundo
Y yo te llamo Padre y tú a mí me llamas hijo. Pero miro entre las hileras del cielo y no te encuentro. Busco en cada poro de mi piel, en lo profundo de mis entrañas, en los recovecos de cada átomo de mi piel…y no te hallo. Veo las guerras del mundo cernirse sobre nuestras cabezas y debilitar un mundo que creaste para el hombre, y no te oigo. Escucho los rumores de la muerte acercarse a cada individuo, unos mas rápidos al declive y otros, mas afortunados, esperándola con calma en cada casa y…no te buscan.
¿Acaso, Señor, el mundo se ha olvidado de ti? ¿No conciben que el viento y las mareas, el cielo y la tierra, los animales y las personas, fueran creados por ti?
Julio esta indignado
Julio estaba en la oficina sin hacer nada, estaba como esperando algo o a alguien.
La joven entró en aquella estancia llena de archivos, bajo el brazo una carpeta con documentos y además atendiendo un teléfono inhalambrico.
Julio estaba siendo desatendido, lo miraban con frialdad y cierta indiferencia. De vez en cuando lo señalaban… con el dedo.
Al otro lado de la pared de papel, estaba viviendo Agosto, siempre de vacaciones, con el tiempo a su favor, pudiendo hacer sus cosas con tranquilidad y sin prisas.