No te detengas nunca cuando quieras buscarme en las utopías y si ves fosos de agua, muros de piedra o voces hirientes… no te detengas nunca… nunca… jamás te detengas cuando quieras buscarme porque soy yo el que te está esperando y soy yo el que nada sabe más que compartir el camino libertario de tu utopía bohemia junto a la mía. Nunca te detengas y sigue siempre el camino arraigado de las huellas del “nunca olvido” para ser brillantes compañeros tú y yo…
Archivo por días: 17 junio, 2009
Tú y yo, una y uno, que brotamos…
Te voy pensando en el perfume invisible
de las concordias del lucero y de las piedras
por el camino errante de los besos
que llegan, sin prisas, con amor envuelto en las estrellas.
Palabras encendidas que crecen en su materia firme
con las que explico el mundo de las dichas
y un temblor profundo de la voz humana
en el entretenido juego de tu cuerpo.
El existente definido
Los ojos se abrieron de improviso, como si fueran los de un robot que acababa de ser conectado. Al incorporase leyó en el suelo un gran titular. Tres varones blancos y uno negro, de edades comprendidas entre los 25 y los 40 años, habían asaltado el generoso banco de la Asunción. El resultado era de tres muertos y cinco heridos sin que ninguno de los asaltantes hubiera sido detenido. No quiso poner la radio suponiendo que aquello sería un tema hiper-presente en los noticiarios de la mañana. Necesitaba reducir el mundo a las cuatro paredes de la cocina y al aroma plástico del café soluble. Después bajó a la calle y se dirigió a la parada del tranvía. Todos los rostros eran grises, agrios, y tan solo podía verlos como a varones que oscilaban entre los 10 y los 75 años, altos, delgados, de manos grandes, y como a hembras rubias, morenas, castañas, pelirrojas que oscilaban entre los 6 y los 55 años.
Paráfrasis
Paráfrasis de vida en un puñado de arena que se va escurriendo por entre los dedos de la mano… es un reloj de arena esta paráfrasis en forma de parábola… y yo aquí, todavía soñándote en medio del desierto en donde el reloj ya me está llamando a que abra los ojos a la realidad. Sin embargo, aunque sea locura, sigo soñándote como paráfrasis de vida enredada en una parábola que no tiene más salida que un único e inapelable final: el puñado de arena terminará por deslizarse definitivamente de entre los dedos. Pero yo seré siempre una utopía buscando otra utopía…
El regreso
Un año y medio sin pisar esta tierra, que me dió en su día una bienvenida exquisita.
Por cosas del destino me ví privada de acceder a ella.
Vuelvo hoy, veo la belleza de las palabras escritas en ella.
Hace varios días que me paseo por aquí intentando saber como empezar de nuevo,
difícil se me hacía el regreso, más no imposible.
Espero poder leeros a todos, sois muchos y muy buenos.
Un abrazo y gracias por dejarme estar de nuevo entre vosotros.
Un saludo vorémico.
Para Silvina.
Para ver crecer…
Cierro los ojos para ver crecer
al niño inmemorial que hay en mi conciencia.
Un estremecimiento de pájaros continuos
explicando el pasar de los tiempos.
Hay una radiosa claridad ingenua
que ignora a la muerte y la maldad.
Aún me quedan las horas de la infancia
en este ver el ayer como encendido
aire total ajeno a la tristeza
y un delicioso caminar hacia el mañana.
besame
Aunque ya no estés aqui…
Es la 1:45 y tu recuerdo en medio de la noche no me deja dormir. Deseo con tanta fuerza tocarte, estar contigo… Siempre creí que no se podía querer a alguien sin que entre medias hubiese un contacto físico, pero llegaste tú, que a través de las palabras me engañaste…
Cada noche ansío escuchar tu voz, te escuché reír, llorar, gritar… pero nunca tuve la oportunidad de verte, de comprobar si es esa sonrisa la que realmente quiero, aunque más bien debería decir quería…
Por un lado mi razón me dice que me olvide de ti, pero por el otro están los sentimientos que hacen que a cada sitio a donde voy, cada cosa que hago la asocie contigo, a esa mirada que siempre imaginé, a esa voz que durante tantas noches escuché…
Me quede mirando
esperando esperanzada…
Te extrañaba
dialogo entre el amor y el querer
Hace tiempo tuve un sueño, en él dialogaban el Amor y el Querer.
El querer le decía al Amor.
— ¿Por qué eres tan eterno?
Y El Amor con gran paciencia respondió.
— Quizás sea por que no poseo nada.
— Eso es imposible, – exclamo el Querer – posees todas las cosas, como yo ¿Acaso no somos el mismo ser?
— ¿Tú crees? Pues dime ¿Qué es lo que tú posees? Respondió el Querer.
— El amante que posee al ser amado, el político que posee el poder, el religioso que posee la fe, yo poseo todo aquello que quiero.