Mariona, caminaba por el camino aledaño al bosque, junto a ella estaba su amigo Emilio, un Chamán de los Andes; -estaban en un retiro espiritual. Participaban gentes de diferentes procedencias y tradiciones espirituales y religiosas. Se habían reunido a compartir pensamientos, experiencias, silencio, música y danzas sagradas. En el retiro se palpaba fluidez y concordia.
Mariona era una joven recién iniciada en la ciencia del Tarot. Se detuvo un instante y mirando hacia el horizonte preguntó a Emilio: ¿La resurrección existe?… ¿Qué es exactamente?
El Chamán se quedó mirando la manzana que comía… quedó en silencio… como si el escuchar fuese un sencillo y difícil arte… parecía no saber que decir…, finalmente respondió con otra pregunta: Sigue Leyendo...

El ADN de los escritores y las escritoras cruzan entre sí sus genéticas mentales en esta labor diaria de escribir verdades sinceras. Es muy desconcertante para quienes no comprenden nuestro oficio; porque escribir en serio pero sin bromas es el oficio más duro que conozco para decir verdades que surgen de un profundo pensamiento.

Ángela Becerra ha escrito: “La muerte es la puerta más hermética, siniestra y desconocida de nuestro único futuro seguro”. Yo, sin embargo, no estoy de acuerdo y por eso no hablo de la muerte como un futuro sino de la vida como tal; porque para mí la vida lo es todo, absolutamente todo. También Ángeles Becerra expone: “como no sabemos buscamos”. Sí. Yo no sé pero busco y encuentro a Dios siempre en esa búsqueda. Y Dios no es la muerte jamás. Sigue Leyendo...

Que nadie nos tenga que levantar o bajar el ánimo. No responsabilizemos a los demás de nuestra alegria o tristeza. Ayudemos a los demás ayudándonos a nosotros mismo@s. Estemos tristes o alegres con responsabilidad, y decidamos si queremos compartirlo o no.
Así lo pienso, así lo propongo

Prontohas Ta.

En el Diccionario Vorémico Dieseliano se llama “xilósofo” a aquella especie de hombres que, antiguamente en los barrios castizos de Madrid, tenían que “filosofar” las mil y una maneras que debían utilizar para acercarse a una chavala de “buen ver” sin ser visto por “las carabinas” que las acompañaban y que resultaban ser especies de “celestinas” por lo cual una de las maneras más fáciles de “xilosofar” era comprando a “las carabinas” ofreciéndoles alguna cantidad de dinero para que se alejasen por algunos minutos de al lado de la chavala de “buen ver”. Había otras formas de “xilosofar” cuando no se poseía del suficiente dinero para comprar a “las carabinas” y era sonsacarlas a través de que un amigo la distrajera por algún tiempo o diciéndolas algún chiste que les cayera gracioso con lo cual conseguían un poco de tiempo más o menos prudencial para intentar “ligar” con la chavala de “buen ver”. El problema era entonces filosofar sobre la forma adecuada de conseguirlo y como era un problema que podíamos llamar X de ahí que yo introduzca la palabra “Xilósofo” en este Diccionario de neologismos. Sigue Leyendo...