Como siempre te quedas callado

Como cada vez que nos vemos, salimos de aquel café, un lugar diferente cada ocasión. Hablamos sobre lo que haremos la próxima vez que nos veamos. El momento más duro del día para mi, el saber que me tengo que despedir y no me puedo ir contigo.

Caminamos hacia el estacionamiento, como siempre me acompañas hasta mi coche, en esta ocasión el lugar no es techado, la noche esta muy obscura y muy estrellada, no hace frío, el clima es perfecto.

Intentas abrir la puerta de mi coche como siempre, pero esta vez me recargo en ella, y me quedo viéndote a los ojos, el silencio nos invade y nos quedamos con la mirada fija, el uno sobre el otro. Sigue Leyendo...

La decíamos Mabel.

Se llamaba Maribel pero la decíamos Mabel. Era una chica guapa del BHA-OP. Una chica guapa, una gran compañera y una excelente amiga porque estuvo a mi lado en los momentos más duros. Me regaló un bombón, la invité a desayunar y nada más. Suficiente. Ella se marchó. Se liberó y eligió la Libertad. No importaba. Fue su gran mérito. Yo ya tenía a mi Princesa mucho tiempo antes dentro de mi corazón y ya me estaba traspasando el alma.