Hacer malabarismos con Bicicleta

Un hombre caminaba tranquilamente con su perro por el campo, paseando y tarareando una melodía. Estaba contento.
De pronto, encontró una bicicleta tras unos árboles, parecía como abandonada, aunque no se veía muy descuidada… La cogió decididamente, sin ningún miramiento, y se la llevó a su casa, allí la acondicionó. Pero… luego advirtió que desde mucho tiempo atrás no subía en bicicleta, con lo cual…

Recordó que en el centro del pueblo vivía un hombre que había sido maestro de escuela y acróbata en un circo, así que se encaminó hacia aquel domicilio. Sigue Leyendo...

Nectarina.

Desde la ventana del salón, Amador Cienfuegos la veía, todas las tardes, pasar con las partituras metidas bajo el brazo izquierdo y luego, lentamente, se detenía zusto debajo de aquella ventana y, lentamente, a las seis en punto, siempre a las seis en punto te la tarde, se ponía a leerlas mientras Amador Cienfuegos tomaba, ávidamente, sus prismáticos y, mientras ardía su cuerpo y por poseerla, observaba todos los dutalles de aquella monumental chiquilla. Era la mujer más preciosa, más linda y más excitante que había conocido en su ya larga vida de conquistador impenitente. Mientras observaba sus ojos, su rostro divino, sus rasgos sensuales y hasta eróticos, aquel cuurpo que la asemejaba a la diosa Diana, la cazadora indomable del Olimpo… Sigue Leyendo...