-Sé breve.
-Dicen las malas lenguas, que la cogió de un brazo, la levantó y empezó a abofetearla de manera tan ruin que hasta las paredes del cuarto sintieron ira al verlo.
-Hijo de la gran puta.
-Pues si, hay que ser un desgraciado para propinarle esa paliza y salir de allí como si nada.
-¿Como está ella?
-Pues mal, hace ya semanas de eso, y aun no concilia el sueño. ¿sabes como le ha quedado la cara?
-No me digas que con tan solo veintidós años ya tiene cicatrices en la cara.
-Cicatrices… apenas puede abrir el ojo derecho, le faltan dientes, tiene la nariz torcida y varios cortes en las mejillas.
Archivo por días: 6 febrero, 2012
4ºD
Le conoció allá por el año mil novecientos noventa y cinco, un mes de noviembre.
A ella le pareció el hombre idóneo para acompañarla en esos momentos de su vida, y confió en él.
Las miradas directas de ese hombre, que le doblaba la edad, le hacian sentir diferente, especial, casi única, Sí.
Le hacían sentir exactamente una princesa.
Quedaron en verse a la semana siguiente, y luego a la siguiente también. Dos veces a la semana, los Lunes y jueves.
El lugar elegido era un piso en el centro de la ciudad, una cuarta planta, un 4 º D.