Ojitos De Amor

Por la fuerza y la energía
Del agua de cascada
Pero esa fuerza la tiene
La luz de tu mirada

Si el sol tuviera la fuerza
Que tus lindos ojos tienen
Nunca seria de noche
Pues ellos la luz retienen

Alumbran mi corazón
Iluminan mi pensamiento
Me llevan por el verdadero camino
Con una mirada tuya que me dejan sin aliento

Sueños de Carretera y otros caminos.

“Fuimos hijos del camino, solitarios viajeros
aventureros y solidarios, isleños escuchando
los rezos de madrugada de una tierra sagrada, herida…”
Por aquellos tiempos, corría 1977, tenía un pato que solo comía “chocolate”, que era lo que más sobraba, les vendíamos a los pijos de la costa brava, así fumábamos gratis y sacábamos para pasar el verano. Había que tener cuidado, pues los polis te requisaban y luego vestidos de paisano, lo vendían ellos.
El viejo Alex, envió una postal de Berlín, acompañada de una carta, donde me hablaba de su camino, de la búsqueda del amor, de los días cargados de alcohol y drogas y las noches recorriendo ciudades, tocando la guitarra y sintiéndose solo y desgraciado…Le contesté una de esas noches en las que iba muy cargado, pero se que le escribí y le decía que viniera, que viniera aquí que nos lo estábamos pasando en grande. Sigue Leyendo...

El crimen que nunca existió (Completo).

En mi primera y más tierna infancia yo escuchaba muchas veces, en casa, no sé qué extraño suceso acontecido en un lugar que, a partir de entonces, le llamaban “La ciudad del crimen”. Ese extraño lugar era Cuenca, de España. Debía ser Cuenca de España porque Cuenca de Ecuador ni tan siquiera sabíamos que existía. El caso es que, curiosamente, todas las veces que iba, siendo muy niño, mucho más niño de lo que algunos suponían, a la ciudad española de Cuenca yo no escuchaba por ninguna parte conversaciones relacionadas con ningún crimen. Era época de conspicuo silencio. Hablo del franquismo. Imaginé que aquel silencio era algo más que la ausencia de palabra. Pero mi abuela me contaba que no existió; que nunca existió aquel crimen. Yo era demasiado niño para saber la verdad; así que siempre que iba a Cuenca de España sabía que nadie me lo iba a explicar. Así qu tuve que seguir creciendo. Sigue Leyendo...