Me sorprendo de nuevo

Me siento extraña. Miro tu cara,

deformada por la tristeza, la lucha, la vida.

Te anhelo similar, Jesucristo dolorido,

padre, humano especial.

Amante, hijo y tierno amor…

Me gusta sentir tus manos arrullando las mías,

con tu manera, delicada y romántica.

Tu amor me excita,

tan deliciosamente que resbalo sobre tus hombros

con una media sonrisa,

ardiente como la saliva.

Los animales somos extraños.

Tú y yo, compartiendo algo especial, sobre lo que significa existir…

Desconocido, loco, enfermo, perspicaz, estimulante, honesto, Sigue Leyendo...

Bendita autonomía

Siento como si hubiera tomado mucho aire

y hubiera copado mis pulmones de golpe.

¡No me hubiera imaginado en semejante des-cordura!

¿Acostarme contigo? ¿En qué momento?

¿Iba todo demasiado rápido?

Y me siento tan cómoda…

Nada ahora puede perturbar,


hacer caer, deshilachar.

El encuentro que nos ha propiciado el Psiquiátrico


me inquieta , me reanima, me tranquiliza, me aumenta.

Resurjo de nuevo de las cenizas.


Se abre la caja de pandora,

Salgo del armario.

Llevo tanto tiempo


confecciando y entrelazando

billares de caracolas Sigue Leyendo...

Los musicos

Los músicos de la Cofradía salían de su lugar de recogimiento, habían estado interpretando sus composiciones, pero notaban que les faltaba algo. Y llevaban días hablando de ello. Así pues, decidieron…

Solfeo era un gran matemático y filósofo, muy conocido en la aldea, a él acudían muchas personas para pedir consejo, pues casi nunca decía perogrulladas.
Un día, pensativo entre cálculos estaba él en su estudio taller, y llegaron algunos de los cofrades, querían pedirle algo, hablar con él…
A su vera, estaba Pergamino, su fiel perro, echado, con las orejas en ligero movimiento, medio dormido, casi despierto.
Uno de los cofrades, al llegar: “Maestro, os pedimos que nos atendáis, ¿podéis?.” Sigue Leyendo...