Las letrinas.

Una de las cosas más interesantes e importantes que aprendí siendo recluta en el CIR número 2, de Alcalá de Henares (Madrid), donde estuve cumpliendo con mis deberes para con la Patria (Servicio Militar Obligatorio) fue saber qué eran las letrinas, para qué servían las letrinas y cómo hacer buen uso de las letrinas. Lugares ceremoniosos (donde todos acudíamos cuando las necesidades de pensar, razonar y meditar, se imponían a cualquier otro asunto), eran las letrinas especies de confesionarios donde todos los reclutas confesábamos nuestras debilidades y nuestras flaquezas. Allí, en medio de la soledad más absoluta, todos pensábamos y repensábamos sobre cuál iba a ser nuestro posterior destino, cuando ya pasáramos de reclutas a soldados tras la Jura de la Bandera, y cuál iba a ser nuestro futuro como hombres avezados ya tras aquellas condenas de 3 meses de libertad condicionada. Sigue Leyendo...

NO DEBUT

Andabas de aquí para allá
tambaleando como perro loco
La mano del amo nunca te acarició
y eso pareció ser tan sano y tan natural

La omnipotencia de los seres de plástico
te hicieron dudar una vez más
¿cuál es el camino a seguir
si aquí todo corre río abajo?

En las noches de pleno vacío
pareció ser que las letras te iban a salvar
diez minutos más a cambio de estas líneas
y te juro mi amor que mis velas
esta noche quieren
y van a arder

Esto es un sueño
y nada más que un sueño
despiértame del sueño
y olvidaré este sueño

Hora de armar razones
y las razones se apilaban solas
El más grande de los inmortales
se miraba al espejo y sentía lástima
Las horas pasan y el tiempo también Sigue Leyendo...

Luna transitada.

La luna riela sobre la superficie del mar y, más allá, las gaviotas están suspirando aromas salados mientras en las esquinas de los vaivenes de las olas tu corazón me empuja hacia los mágicos colores de la sensación. En el espacio aéreo y marino las luces chocan con la espuma blanca y me quedo bebiendo la más bella de las ilusiones…

En silencio

Con el alma en la duda, desnuda y sin ganas, desatándome del pasado toco a duras penas la parte de mi que en ti queda. Y apelo a la fe de no creer en el destino, tras los pasos que di en tu pasillo a oscuras o a media luz. Pues me dejo llevar por el viento y sus sonrisas, con la vejez arrugada, oyendo cantar al mar pero siempre desde la orilla.

Ato cabos de razón enredados en nudos de esperanza y nostalgia marchita. Y que descanse así el gentío de voces que me visita en las madrugadas donde dormir se convierte en pensarte.

Fue, es y será siempre. Pero olvida, hazlo por ti, por nosotros. Que ya se ganó el cielo esta historia que nos ama como a locos en un mundo rígido y frío donde la piel es carne . Olvida pero llévame contigo en el recuerdo, en cada café que prepares antes de irte, en cada beso que des y en cada lágrima que derrames. Sigue Leyendo...