En silencio

Con el alma en la duda, desnuda y sin ganas, desatándome del pasado toco a duras penas la parte de mi que en ti queda. Y apelo a la fe de no creer en el destino, tras los pasos que di en tu pasillo a oscuras o a media luz. Pues me dejo llevar por el viento y sus sonrisas, con la vejez arrugada, oyendo cantar al mar pero siempre desde la orilla.

Ato cabos de razón enredados en nudos de esperanza y nostalgia marchita. Y que descanse así el gentío de voces que me visita en las madrugadas donde dormir se convierte en pensarte.

Fue, es y será siempre. Pero olvida, hazlo por ti, por nosotros. Que ya se ganó el cielo esta historia que nos ama como a locos en un mundo rígido y frío donde la piel es carne . Olvida pero llévame contigo en el recuerdo, en cada café que prepares antes de irte, en cada beso que des y en cada lágrima que derrames.

Me has enseñado a ser yo sin temor ni inseguridad, y te lo deberé siempre. Has abierto las puertas de mi alma haciéndome ver un infinito mundo de posibilidades, de esperanzas y de intentos. Me has llenado de vida. Me has llevado al límite odiándote de amor y casi queriéndote sin fuerzas. Has sido luz y oscuridad, equilibrio de un desequilibrado, aire, tierra y agua.

Ya quedaste tatuado en mi alma, hazlo saber. Pero se nos esta haciendo de noche después de que este sol nos brillara tanto. Así que recogeré mis cosas y mis quehaceres para poder mañana seguir andando esta vida que me trae de cabeza.

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