Decir adiós

Cuando sacamos a relucir el pañuelo de las despedidas es como si estuviéramos desalojando fantasmas de nuestro pensamiento. ¿Qué estamos pensando en esos largos minutos en que parece que la despedida nunca va a tener lugar? Algunos creen en el nerviosismo, otros creen en la incertidumbre y hay quienes hablan de inquietud. Ninguno de estos tres grupos de personas aciertan. La verdad es que toda despedida es una sensación. Esa sensación de la que casi nunca se habla porque se lleva por dentro y se procura evitar que salga a la luz pública. Sólo quienes entienden esta curiosa circunstancia saben lo que de verdad se siente cuando se dice adiós a una persona, un animal o una cosa; puesto que en las tres situaciones se experimenta la misma sensación: una especie de vacío que está llamado a convertirse en olvido. Sigue Leyendo...

History in the air (Relato)

Hugo Lorenzo había regalado un ramo de narcisos, de color amarillo sol, a Sofía Loreto quien, con gran esmero, había preparado aquellos siete suculentos buñuelos de viento azucarados.

– Seis son para ti, Hugo.

– ¿Y te vas a conformar con comer solamente uno, Sofía?

– Para mí es mucho más agradable ver cómo te comes tú los seis y yo te acompaño con uno que para mí valen más que cien.

En la casa de Sofía Loreto, en plena calle madrileña de Serrano, nunca faltaba de nada.

– Siempre he dicho que las mujeres millonarias tenéis unas formas de actuar bien extrañas. Sigue Leyendo...

Te extraño

Te extraño en mis paseos por el jardín, al mediodía, mientras cocino, mientras piensas y callas.

Me extrañarás cuando sientas que no se puede vivir así, escondidos del sol y con los ojos a la deriva de un mar infinito.

¿Y será que en verdad no estás?

Cada día es un reto, el recuerdo de una risa, el calor de tu compañía…
No puedo abrir la ventana si no te veo llegar, ni cerrar la puerta por si entras mientras duermo.

Y con más que suspire no puedo hacer que tu camino sea igual que el mio, o de mis manos la rendición de tus besos.

Pero si puedo desnudar tu alma con mi piel o hacerte soñar con mis palabras, bajitas y al oído.
Te extraño… Sigue Leyendo...

MARGARITAS

Un joven muchacho paseaba por un campo repleto de margaritas, cogió una de ellas y empezó a deshojar sus pétalos como aquel que va restándole horas a un reloj. Le fue quitando la belleza, le quitó su color, también su alegría,su ternura,su fragilidad a la vez que le iba dejando melancolía, frío,silencio, oscuridad, soledad …Y cuando ya le había arrancado todos sus pétalos, con el tallo entre los dedos observó lo poco que ya quedaba de aquella flor. Las lágrimas comenzaron a brotar. Se había deshojado el corazón.

confesiones

Resbala tu lengua por todo mi cuerpo, la ropa a trozos. Sudor y saliva. Las cortinas descolgadas, algunos muebles por el suelo.
Tu cuerpo sobre mi cuerpo. Mi cuerpo contra la pared y yo sin pedir tregua y tu sin piedad.
A media luz nuestras sombras nos persiguen, mientras nos apresuramos en tocarnos, en sentirnos, apretarnos.
Tu empujas, yo respiro. Tus labios en mi oreja mientras me susurras, dios sabe qué, con una voz ronca y templada.
Me derrito y tu lo notas. Me agarras, me sostienes, me intimidas.
Caemos exaustos al suelo, pero esto no ha acabado y lo sabes.
Te miro, me miras, y con una sonrisa en la cara te sujeto las manos. Ahora mi objetivo es tu cuello, tus hombros.
Llámale besos a los muerdos que te doy mientras tiritas. Apenas puedo inmovilizarte asi que me ayudo de la ropa a tiras que hay por el suelo y te ato. Eres todo mio, todo par mi.
Lo que antes era el cuello y los hombros, ahora es tu torso, tu abdomen, tu cadera, mis mordirdiscos y mi lengua. Que juegan a ver como soportas el placer, haciendote sufrir.
Te oigo respirar y eso me acelera, me lo pides y lo hago. Y rebosamos ambos en un placer tan intenso que casi nos sentimos culpables.
Me deshago sobre ti dejandome caer en tu pecho, luego nos besamos sin apenas poder respirar, y respiramos. Sigue Leyendo...