Viento y marea que limpiaron tu sed,
orgullo de sentir tu sudor y mi sudor,
que me vuelvan a roer las ratas del amor,
que no volveré a ser el dueño de menesteres.
Tantas0veces hice el camino, que no es0por innovar el que no haya sido reconstruido, si no por miedo a perderme y no encontrar nuestro olivo.
Siempre volvemos, Morado, a una nueva estación en nuestro caminar. Lo más importante es sentirlas.
33 cortes…el olivo espera, dicen que cuando uno no busca encuentra.Saludos.