Me cogió de la mano y tiró de mí hasta un viejo cenador de hierro que había cerca.

Entramos tranquilos, sin prisa alguna porque, sabíamos que ese momento juntos podía ser el último.

Nos sentamos en un banco, juntos, muy juntos.

-Charity…Sabes que esta puede ser la última vez que nos veamos, y quiero que sepas que siempre te amaré.

-Sabes que siempre será reciproco… y que siempre te echaré de menos.

Me cogió la mano y me la besó.

-Mi corazón siempre te va a pertenecer.

Nos miramos a los ojos durante unos momentos y luego me beso… un beso largo, intenso del que nos separamos, más por la necesidad de respirar que por gusto. Se acercó muy despacio de nuevo a mí y me besó el cuello… besitos pequeños pero que estaban llenos de cariño y ternura, mientras yo le susurraba al oído que le quería.

-¡Charity! ¿Qué haces con ese desgraciado?

Miré con urgencia a Balthazar y él se levantó y salió corriendo hacia la carretera sin mirar atrás.

En ese momento rompí a llorar mientras mi padre intentaba consolarme.

Nota: Los nombres son completamente ficticios cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.