La niña Julia tenía 9 años.
Estaba en la mesa, jugando con la comida, con los cubiertos.
Su mirada estaba ausente y absorta a la vez.
La niña estaba cabizbaja, aburrida.
Su mirada estaba jugando con la comida.
No podía comer, no sabia comer, no quería alimentarse.
Sobre la mesa, su brazo, doblado.
En ángulo su codo.
La cabeza allí apoyada. Sobre la mano.
Con la otra mano el juego perdido seguía.
Los guisantes daban vueltas tontamente, una y otra vez.
Julia estaba triste, aburrida y sin saber ni querer comer.
Junto a ella su mamá y su papá, otra vez discutiendo, jugando a reproches. Muy posiblemente programando y condicionando a su hijita en algún Rol para dar sentido a la vida.
Como sufren los niños con estas actitudes de los adultos. Ciertamente, como dices, ellos parecen estarla condicionando, y poco a poco ella cambia a seguir los ejemplos que los adultos, que ya condicionados han aprendido también. Los niños vienen sin codificación alguna, y por eso todo lo cuestionan, a veces es por eso mejor aprender de ellos, porque hacen que rompamos paradigmas inútiles que no sabemos por qué seguimos. Porque ellos nos enseñan lo tontos que somos!. Me hiciste reflexionar Volsk. Un saludo a distancia!
No me extraña que la niña estuviera desganada, con lo que tenía a su alrededor cualquiera no come. Los mayores nunca deben discutir delante de los niños, ellos lo absorven todo y les afecta mucho.
Un abrazo
Bueno Volski. Quizás estés dando a entender la desunión que existe en las familias que han basado su forma de actuar en l aincomunicación. Es mi interpretación personal. Un abrazo.