El Doctor Don Armando Álvarez se acercó al cadáver de “Gadaffi” y empezó a buscar por el interior del cinturón con que éste se sujetaba la túnica de color anaranjado. En breves segundos consiguió encontrar lo que buscaba. En un bolsillo camuflado por dentro del cinturón, Manésh guardaba una pequeña tarjeta electrónica. Era lo que sacó El Doctor.
– ¿Qué es eso? -preguntó José.
– Ahora mismo lo vamos a comprobar. !Ven conmigo!.
– !Espere un momento Don Armando!.
– ¿Qué quieres hacer?.
– Sólo es un momento.
José se acercó al cadáver de “Gadaffi” y le arrancó de un tirón el Medallón con los símbolos de la Biblioteca Memphis.
– ¿Para qué quieres eso?.
– No se lo puedo explicar, Don Armando. Sigamos adelante.
Salíó del camuflado Despacho en primer lugar Don Armando seguido del joven José. Don Armando le enseñó una de las figuras pintadas en la pared de enfrente, justo en frente del Despacho de la Dirección General. José miró atentamente el dibujo. Era el rostro del Diablo con dos cuernos enormes y las fauces abiertas. En dichas fauces abiertas había una pequeña rendija.
– Si no me equivoco, y quiera Dios que no sea así, esta tarjeta sirve para entrar a algún lugar.
Don Armando introdujo la tarjeta electrónica en la pequeña rendija de las fauces del dibujo de Satanás. Inmediatametne se encendió una luz verde. Era la señal de que se había abierto el paso. Así era. Lentamente se fue abriendo la pared. Era una puerta secreta. Los dos entraron sin miedo alguno. ¿Qué era todo aquello?.
– !Mira, José!. !Mira bien!.
– Eso hago Don Armando. Esta sala está llena de símbolos nazis. Aquí hay multitud de banderas nazis con la cruz gamada !y mire usted ahí!.
Presidiendo la enorme sala había una fotografía gigantesca de Adolf Hitler.
Siguieron inspeccionando el local.
– !Mire Don Armando!. !Mile la cantidad de folletos que hay aquí!.
– !Son folletos con textos del “Mein Kampf”! -le explicó Don Armando.
– ¿Sabe usted el alemán?.
– Sé perfectamente leer y escribir en español, francés, inglés y alemán.
También encontraron casi un millón de panfletos nazis e instrucciones de cómo manejar armamento urbano.
– !Mira al fondo, José!.
– !Claro!. !Ahí hay una puerta camuflada… y debajo de la fotografía de Hitler, muy cerca del suelo, veo un botón verde que se encuentra encendido!.
– En efecto. Al introducir la tarjeta se han abierto todos los secretos de esta sala.
– Vamos a apretar el botón a ver qué sucede -dijo José.
– Hazlo tú. Yo tengo un poco de miedo.
José, sin dudar un instante, apretó el botón y el muro de la pared se abrió. !Se llevó una enorme sospresa!. !Era igual que lo que había estado soñando la noche anterior. Un pequeño templo de 12 asientos, 6 a cada lado, con 12 calaveras debajo de 12 antorchas!. !Y allí estaba también el altar!.
Antes de seguir observando, se dirigió al aturdido Doctor Álvarez.
– ¿Qué hacían con las personas que no querían seguir sus planes?.
– Los descuartizaban en pedazos que echaban a comer a los perros callejeros.
– ¿Es cierto que hubo un nubio que murió de esa manera?.
– Cierto. ¿Cómo lo sabes?.
– Buscando el Tesauro encontré un perro blanco que llevaba una mano de nubio en su boca.
– Si. Era un nubio al que llamaban “El Goumi”. Le aplicaron dicho castigo porque llegó un momento en que no quiso seguir participando en la Causa. Ellos llaman la Causa a apoderarse del mundo entero.
– ¿Cómo intentaban hacer tal locura?.
– Sustituyendo a los seres humanos por los humanoides que Vadat creaba. Querían llegar hasta la barbaridad de hacer desaparecer a la raza humana de este planeta. Sólo dejarían vivas a todas las jovencitas vírgenes que pudiesen raptar, y estamos hablando de millones, para realizar sus misas negras y así tener vida eterna por el método de beberse sus sangres.
– Si. Creo que todo esto es una locura ideada por algún ser diabólico.
– Efectivamente. Ese ser diabólico es Emilian Emilianov. Y la famosa Dema Negra, conocida como Quina, era su infernal esposa. Además, tengo que decirte a “El Goumi” y, al negarse a cumplir dicha orden, lo mandó descuartizar. El resto ya lo sabes. Dieron la orden de matarte a un gigantón humanoide de 2 metros de altura.
– Lo maté de un botellazo en el cráneo…
– ¿Dón sucedió eso?.
– En el Bar nocturno llamado Brentvood.
– !Bien hecho, carajo!.
– Sólo lo hice para salvar a Katy.
– ¿Quién es Katy?.
– Una camarera de quel lupanar llamado Brentvood, que me prometió, a cambio de ello, cambiar de vida…
– !Bien hecho, carajo! -volvió a repetir el Doctor Álvarez.
– Ahora no hay tiempo ni de carajos ni de carafillos, Doctor… !Vamos a regisrar el altar. Debe haber escondido algo en él. Mi intuición me lo está diciendo!.
– !Tienes muchas intuiciones!. !Espero que sea cierto y encontremos alguna pista nueva!.
– Ya lo verá cómo la encontramos.
– ¿A quién?.
– A Lina.
Empezaron a observar el altar por todos sus lados pero no encontraron nada. Casi desalentados, a José se le ocurrió acercarse al atril que se encontraba ahora escondido en una esquina. Lo sacó de allí, se lo mostró a Don Armando y pronto descubrió que había un doble fondo que se abría con un simple apretar la mano. Así lo hizo. En el interior de aquel cajoncito había un pequeño sobre. Cogió el sobre y leyó una dirección escrita con tinta roja de color sangre subrayada con una gruesa raya roja. !Aquello debía ser muy importante! -pensó para sí mismo. Y leyó en voz alta el nombre escrito en el sobre.
– !Emilian Emilianov “Chichinoski”.
– !Cierto!. Ahora recuerdo que muchas veces “Gadaffi” hablaba de un tal “Chichinoski”
– Debe ser el apodo con que llaman a Emilianov. Pero sigamos. Debajo del nombre hay lo que parece ser una dirección.
– !Lee!. !Lee por favor!.
– Veamos. Aqui pone Calle Antigua Tunxi, número 12.
!Otra vez el número 12 en medio de aquel diabólico plan!.
– ¿Algo más dice el sobre?.
– No.
– Espera, ahora recuerdo… de mis muchos viajes por el mundo pasé varias veces por China… y esa calle está en la misma ciudad de Beijing, en la antigua Pekín. !Claro!. !Es una calle oscura del casco antiguo de Pekín!.
– !Abramos el sobre!.
– !Sí!. !Por favor!. !Debe ser algo realmente importante!.
Abrió el sobre y sacó una hoja de papel doblada. Leyó en voz alta.
– Instruccions and Worshops.
– Instrucciones y Cursillos.
– Debajo, en lenguaje español, dice Universidad Tsinghuan.
– !Exacto!. !Eso es!. En la Universidad Tsinghuan de China es donde Emilianov instruye y expone sus ideas para convertir a las gentes en seguidores suyos. Lo hace a través de cursillos de formación donde imparte las instrucciones que deben ser seguidas bajo sus órdenes. !Ya hemos encontrado los planes de Emilianov!.
– Espere… espere un momento Doctor… hay algo más escrito en la parte trasera –
José había dado vuelta a la hoja.
– !Sigue!. !Sigue leyendo por favor!.
– Espere. Aquí está escrito lo siguiente: “Current Arsenal of Armaments”.
– Eso quiere decir “Actualidad del Arsenal de Armamento”. ¿Hay algo más?.
– Si. “500 Pistol’s laser”
– !500 Pistolas láser!.
– 500 Guns machine-guns.
– !500 Fusiles ametralladores.
José siguió mirando el papel.
– ¿Algo más?.
– Sólo una frase escrita en español.
– !Lee!. !Lee!.
– Es de Adolf Hitler y dice asï: “El pueblo es el elemento más debil, su aniquilación es su perdición; las personas más valientes ya habrán muerto en esta guerra, las menos capacitadas e inútiles habrán de sobrevivir a la exterminación”. Firmado: “Chichinoski”.
– !!!Ya está, José!!!. !!!Todo claro!!!. Chichinoski se refugia en Pyonyiang pero el armamento lo va guardando en la Calle Antigua Tunxi, número 12, de Pekín. !Es facilísimo detenerle!. !Todos conocen al famoso boxeador Emilian Emilianov “Chichinoski”. !Y lo que quiere hacer es dejar vivos solamente a los débiles e inútiles, además de a las jóvenes vírgenes, para tenerlos sometidos a la labor de estar al servicio de sus humanoides. !!!Busca destruir la libertad de los seres humanos valientes y decidos para tomar fácilmente el poder y gobernar el mundo a su antojo!!!. !!!Está loco perdido y está perdido ese loco!!! -y el Doctor Don Armando Álvarez sonrió abiertamente ante su chiste fácil.
– Sí. ¿Pero dónde está Lina?.
– Te juro que no lo sé, José.
– Ahora recuerdo que Judas “The Zero” confesó que aquí debajo había un subterráneo.
– Nunca he oído hablar yo de eso.
– !Allí debe estar, si aún permanece viva, Bianca… quiere decir Lina… si no me equivoca mi intuición!…