El Paraíso Perdido

De la carta a los que se saben herederos del Sueño y la Dicha:
Hermanos:
Pues en aquellos dias la vida se tornó inmensamente digna y noble. Todo se armonizaba entre sí y las corrientes de los rios eran cristalinas. La ausencia de risa no existía, y las manos se entrelazanan para crear acuerdos entre los humanos. Se amaba en nombre del Amor. Se creía en la dicha del aquí y ahora y los frutos entraban en sazón cuando les correspondía, pues su tiempo era marcado por la Naturaleza.
En medio de tanta dicha, algunos se alejaron del Paraíso Perdido pues su misión no era la de permanecer eternamente en la abundancia, sino dar testimonio de un conocimiento profundo y personal. Ellos supieron llegar a las cumbrs del Himalaya, paseron por las calles de Palestina, danzaron con los derviches y supieron dictar leyes dignas de lo humano. Muchos sintieron la añoranza de los tiempos del gozo eterno, pero detrás de las colinas cálidas, estaban otros muchos mundos donde la ignorancia pervertía cualquier acto y la necesidad del Amor era insaciable.
Así pues, tan solo recordaros, queridos hermanos que recordéis a quienes fueron testigos de aquellos tiempos y a quienes, aún hoy, pasean por las calles sembrando de esperanzas y sonrisas la prisa incesante de quienen no saben y callan.
Paz para Todos

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