“Pero ¿cómo pueden ser una falsedad las grandes verdades que revelan el corazón del hombre a través de un mito o de una obra de arte? Si aún nos siguen conmoviendo las desventuras y proezas de aquel caballero andrajoso de la Mancha se debe a que algo tan risible como su lucha contra los molinos de viento revela una desesperada verdad de la condición humana. Lo mismo ocurre con los sueños, de ellos se puede decir cualquier cosa, menos que sean una mentira. Pero al sobrevalorarse lo racional, fue desestimado todo aquello que la lógica no lograba explicar. ¿Acaso son explicables los grandes valores que hacen a la condición humana, como la belleza, la verdad, la solidaridad o el coraje? El mito, al igual que el arte, expresa un tipo de realidad del único modo en que puede ser expresada. Por esencia, es refractario a cualquier tentativa racionalizadora, y su verdad paradójica desafía a todas las categorías de la lógica aristotélica o dialéctica.
A través de esas profundas manifestaciones de su espíritu, el hombre toca los fundamentos últimos de su condición y logra que el mundo en que vive adquiera el sentido del cual carece. Por eso mismo, todos los filósofos y artistas, siempre que han querido alcanzar el absoluto, debieron recurrir a alguna forma del mito o la poesía. Jaspers sostuvo que los grandes dramaturgos de la antigüedad vertían en sus obras un saber trágico, que no sólo emocionaba a los espectadores sino que los transformaba, y por ello los dramaturgos se convertían en profetas del ethos de su pueblo. Y el propio Sartre, cuando intenta revelarnos el drama de los franceses bajo el dominio de los nazis, escribe “Las Moscas”, que, en esencia, no es otra cosa que una adaptación del antiguo drama de Esquilo, Orestes, aquel héroe trágico que valientemente luchará por la libertad. El mayor empobrecimiento de una cultura es ese momento en que un mito empieza a definirse popularmente como una falsedad. Así ocurrió en la Grecia clásica. Tras el derrumbe de aquellos relatos, Lucrecio cuenta haber visto “corazones apesadumbrados en todos los hogares: acosada por incesantes remordimientos, la mente era incapaz de aliviarse y se veía forzada a desahogarse mediante lamentaciones recalcitrantes”. Como al desmoronarse los cimientos de una casa, las sociedades comienzan a precipitarse cuando sus mitos pierden toda su riqueza y su valor”.
La resistencia es un ensayo bastante interesante que nos acerca a nuestra esencia como seres humanos y que nos invita a reflexionar sobre nuestra existencia como pueblo. Cuestionar el individualismo es fundamental al momento de formularnos como una comunidad que intenta resistir los avances que nosotros mismos hemos alentado y que se escapó ya de nuestras manos.
Un libro conciso, con mucho que entregar y material de sobra para reflexionar. Si bin es un texto con 136 páginas nada más, recomiendo leerlo por párrafo… con cuidado, atención y un buen café. Ideal para leerlo en conjunto con algún amigo.
=)
Gracias por tu consejo lo tendré en cuenta, en cuanto a las realidades y a la poesia siempre iran unidas por las manos,un saludo
Hola Yopis!!.. nunca he leído a Sábato, claro que lo he escuchado mencionar bastante, pero nunca he tenido la oportunidad de hacerlo. Creo que voy a dejarme combidar de ese café y esa lectura. Un saludo a distancia Yopis!
!Olé!.