Como escribió el poeta argentino:
Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas.
No han de ser tus caídas tan violentas
ni por ley han de ser tantas.
Amigos y amigas o simplemente compañeros y compañeras nada más: Caemos… caemos muchas veces… en ocasiones con un tremendo ruido de polvo y de aullidos. Pero nos levantamos y nos volvemos a levantar y, muchas veces incomprendidos, tomamos el equipaje y pensamos como el poeta español:
caminante no hay camino se hace camino al andar. Y caminamos y cada vez que caemos y nos levantamos y somos más altos y más grandes, no por soberbia ni por vanidad, sino porque somos más humanos, más sinceros, más verdaderos… caemos y caemos y nos hacen caer muchas veces en medio de un tremendo estrépito de silencios y olvidos. Pero caminamos y a veces ella -que suele se madre- nos dice: ¿Por qué te tienes que marchar si tú ni yo lo deseamos?. Siempre es al amanecer con la salida del sol (Sale el sol, nace la luz, me acerco a tí y te doy el beso de la despedida). Y a veces suele llorar (Pero no sufras pensando en mí. Abre los ojos y mira. Estoy siempre junto a tí porque no es lo mío ninguna huída. Que si me marcho no es por deseo pues me marcho por necesidad para ser un viajero que de pueblo en pueblo va sembrando gorriones grises que hablan de amor y de paz) Y se lo dices así, todo seguido para no perder el caminar, tras haberte caído tantas veces y haberte levantado tantas más que… cada día eres más grande y más alto por ser más humano y más verdadero.
Y caemos junto a la que nos acompaña. La que también cae y se levanta. Con la que ríes y lloras, con la que amas y sufres, con la que sueñas y despiertas después de haber hecho el amor… Y es que dicen que el amor no puede ser inventado.. y yo me pregunto… entonces ¿quién es ésta mujer verdadera que un dia dibujé con mi imaginación en el Paseo de Pintor Rosales de Madrid, tomando helados junto a la puerta del Teleférico, y que ahora es tan real como mi misma Sombra?. Con ella, que la inventé en un verano de loca creatividad, camino y me caigo pero me levanto.
Quizá esto sea eso tan complicado que algunos llaman vida, evolución, realización, o no se que cosa más que nosotros (más dados a la significación que a las definiciones) no podemos llegar a entender. Pero sé que nosostros caemos y caemos y caemos… pero siempre nos levantamos… mientras que los de la alta saciedad (a veces coinciden con alta sociedad) viven de pie y sin caidas, pero qué paradoja: siempre mueren tumbados…
Nosotros somos los que dibujamos, en el aire, siluetas de arlequines y vamos levantando siempre nuestras esperanzas unidos a los hilos verdaderos que nos salvan. Caemos. Caemos una, dos y hasta cien veces… pero no levantamos una, dos y hasta cien veces para seguir construyendo palacios en las nubes, junto al sol, la luna, las estrellas y todas esos enigmas particulares con los cuales nuestras ideas se hacen siderales en medio de la Libertad. Podemos parecer locos a los ojos de los camaleones: esos individuos de la sociedad que hoy son de un color y mañana son de otro color bien distinto. Pero nosotros seguimos transformando nuestras locuras en algo de tanta veracidad que ellos no lo pueden comprender, ni entender, ni tan siquiera aprehender, porque se hallan muy ocupados en alcanzar las ambiciones del poder; porque ellos son los errados caminantes mientras nosotros sabemos que no somos tiempo, ni edad, ni años… porque nosotros sabemos que podemos caer pero no somos meses, ni semanas ni horas, y nos levantamos porque solamente somos los segundos de un tiempo sin final.
Saludos a todos y todas los que vais por el camino que Libera.