Avanza el mundo en medio de las noticias. Dependemos de estas referencias para saber si nuestra realidad es la adecuada, o formamos parte de los grandes ignorados. Hemos despreciado parte de nuestra vida en ofrecer nuestros favores a los dioses de la ignorancia. Todos nos incluímos. La respuesta e clara: el ser humano ha fracasado en su tarea de suplantar a universos creadores y poetas visionarios. Nos cerca un abrazo silencioso en forma de silencio, de mansedumbre televisiva y una profunda levedad de todos los seres. Como en un acto de contaminación suprema, la Conciencia Colectiva sufre una herida atroz: se muere entre acerados puñales y vertiginosas deudas públicas. Debemos parar. No cabe solución alguna que el dinero cubra y tape como estiercol. La vida pasa por ser un juego de impiedades, de cuerpos codiciados y polvo que pisa el polvo. Sin el reconocimiento claro de que no podemos sufrir el dolor supremo de un mundo arrasado, deberemos convertir, cada uno de nuestros dias, en pasos hacia el silencio y rebeliones en masa contra el virus de la política y la gangrena de la mentira de los poderosos.