Desde hcía tiempo no me acercaba a este espacio “mágico y virtual” para dejar un texto. No soy una persona a la que le guste echar la mirada hacia atras y divigar sobre el pasado. Desde este aquí y ahora, la sensación de viajer en otras naves y otros medios ha sido una curiosidad, no una necesidad. Es interesante dscubrir las diferencias, los matics, ese juego de grandes posibilidades de imagen, frente un Voren dicreto y minimalista, pero férreo e intensamente “acogedor”. A todos nos llega un momento de inmensión en nuestra realidad. Estamos muy cerca de tiempos intensos, de cambios profundos, de vanidades que han terminados en vergüenza. El esqueleto humanonos soporta toda nuestra existencia…y en coasiones, como puede, pero es sólido y sabe rodearse de enganches y artilugios para seguir en su tarea.

Vorem es semejante a un intento de abrir una ruta en los mares literarios y, siendo la nave un “cascarón de nuez” (entiéndase con afecto), ha logrado elevar grandes velas sobre los horizontes de tantas y tantos que hemos emprendido ese viaje hacia lo creativo.
Debemos aprender que nada es mejor que nada, y todo puede ser loq ue realmente buscamos para potenciar nuestro encuentro con el mundo virtual. Cuando escribo un texto, espetando la caja en la que las líneas se sitúan, no pienso en colocar imágenes, ni calendarios, ni relojes, ni vitas que vienen y van. Me recuerda a esos mensajes que se dejan en Japón en los monasterios Shinto: oraciones y plegarias al creador de esta existencia uestra: nuestro propio corazón.