La leyenda de la orquídea negra (2)

Sus ojos no daban crédito a la visión que ante ellos se descubría. En el centro de la estancia había una gran roca que relucía con luz propia de entre la negrura circundante. De su interior y como por arte de magia, brotaba una orquídea. No era una flor cualquiera. Nunca llegaron a imaginar que existiera belleza tan exquisita, atrayente e hipnotizadora. Durante un buen rato permanecieron atónitos, petrificados, como poseídos, admirando aquella maravilla. No entendían que a pesar de su negrura brotara de ella el resplandor y el aroma que les rodeaba.

Tardaron unos minutos en volver a la realidad de nuevo. Se miraron unos a otros esperando encontrar en el fondo de sus pupilas una respuesta a la pregunta que les hervía en la mente. Falco, fue el primero en reaccionar haciendo saber al grupo la hora que era. No se dieron cuenta de que el tiempo se les pasó sin avisar. Se les haría tarde para llegar justo a la hora de la comida. Habían reservado mesa en el pequeño restaurante que regentaba la familia de Celeste. Todos los domingos se reunían allí a comer y tertuliar durante toda la tarde.

-Hora de partir amigos. Hemos de volver otro día, pero antes, hay que buscar toda la información posible sobre todo lo concerniente a esa extraña flor y el misterio que la rodea.

-Cuando queráis nos reunimos en mi casa -dijo Iona- Mi abuela sabe algo de la historia…¿Como creéis que descubrí este lugar?… fue gracias a ella, estará encantada de relatarla.

Una semana después se encontraban todos en casa de Iona, alrededor de una simpática y dicharachera abuelita, deseosa de empezar con el relato.

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Empieza la historia:

Lucia y Javier se conocían desde muy niños. Los padres de Javier trabajaban en la hacienda de la familia de Lucia. Era una casa de estilo colonial, lujosa, grandiosa, pintada de un blanco que resplandecía con los primeros rayos del sol que a primeras horas de la mañana llenaban de cálidos colores el lugar. Disponía de doce habitaciones. Especialmente la de los juegos era la más bonita y grande de todas las estancias. En ella Lucia daba rienda suelta a sus juegos y sueños. Soñaba en un día no muy lejano, se veía como una hermosa señorita, enamorada del chico que le hacía sentir especial. No le importaba la condición del joven, no quería un chico repipi y estirado como los que festejaban a su hermana mayor. Ella solo deseaba que llegado el día de mañana Javier estuviera a su lado.

Deseos difíciles de ver cumplidos, ya que su futuro marido debía de pasar una dura prueba para conseguir su mano.

Continuará…

Un comentario sobre “La leyenda de la orquídea negra (2)”

  1. Muy nteresante de verdad. Esperaré el siguiente capítulo. Me trae recuerdos personales cuando lo leo pero, más allá de eso, está ,para mi forma de entender la escritura, muy bien escrito. Felicitaciones.

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