El pensar acorde a un acorde corresponde a bailar en medio de un medio designado por las condiciones que el oído le ordena a tu mente que se manifieste, que buena música escucho en la mágnifica voz de vos y que notas notás que se adentran por mis orejas??? Una ópera, o una de cobacha borracha cantina, puede ser cualquiera que te haga volar,
Un periódico sarnoso pesimista amarillista me acompaña en este trance, en este percance y no me da chance de reivindicar esa pasta dura en color vino con letras funámbulas de un gran título y su bagaje engranaje de tipos (letras).

Se me da bien eso de caminar por callejas de pueblo de piedra de cantos rodados de tonos multicolores e ir amasando al compás del pie descalzo las curvas de cada tonalidad, cuando tropiezo entre cada parte del rompecabezas entonce se me da por volar.
Esnobismo y chauvinismo no es lo mismo y sin narcisismo los departo mi nihilismo, uno conciliador y representado en tomar por bandera, acallar las voces de lo acomplejado y vilipendiado por la mano del tirano del perverso del reverso del ser adverso al dulce canto de la vida tantas veces repetido y compartido por mí, por otros que lo redactan mejor, por los mismos que si somos pero huimos de la responsabilidad de así sentirnos.
Y no me critiques por sólo decir cosas, si por lo menos hago eso, ah… también se me da por fumar y preocuparme, por languidecer y desentonarme ante la realidad, pero insisto, no por eso me des la espalda. Soy yo… y este es mi humilde ideología.

Me gustan tantas cosas, entre otras quisiera actuar con una buena historia, un buen texto, y una buena dirección de la mano de un torpe que al tiempo que me amasa, vaya puliendo sus movimientos y lleguemos al fin de esa manera impefecta de hacer arte, cualquier arte que nos declare el amor de la creación reflejado en los espejos de nuestras propias culturas y esculturas y pinturas y mixturas de variantes, de consonantes, de sueños y diseños, de luces y trasluces.

Cada que pienso en tí se me alumbra la memoria, se le da vida a una vieja foto desvaida y las tinta imaginaria pinta una pinta de sangre dadora de vida. Hasta cuando intento ponerle a un personaje los pensamientos, todos me delatan y me coronan la cabeza con el sombrero de mi nombre propio y me dicen, te falta mucho, sabemos que eres tú, Juan José.