Aunque ya no estés, aunque sea un para siempre, tu recuerdo estará siempre en mi corazón.
Aunque las esperanzas se hayan marchitado, a pesar de que no recuerde tu voz, guardaré en mi alma, eternamente, esa sensación.
¿Qué decir? Me asaltan las dudas, el ahora bien conocido temor.
Actuaré luciendo mi máscara eufórica y valiente por la pasarela del cruel destino día tras día, mientras que te añore y lloré en soledad.
¿Qué más contar? Me enamoré, la única verdad.
Un comentario sobre “El definitivo.”
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La única verdad de todo, Cristina, es siempre aquello que nosotros deseamos por medio de la nobleza y la honestidad.