El poeta sangra,
de sus profundas heridas
un río de palabras fluye,
vuelan sentidas.
Cónclaves dormidos de una especie sumisa,
los gritos se escuchan
al doblar las esquinas.
Lejos…en la meseta,
rugen voraces unos lamentos,
palpitan crujientes los enojos
en un corazón dolido y gastado
sintiendo su Esperanza muerta.
El poeta sangra,
profundas son sus heridas
Cónclaves dormidos de una especie sumisa,
los gritos se escuchan…y porque palpitan crujientes…la Esperanza no esta muerta, beso grande.
¿Y por qué si sangra?
Acaso ignora que la poesía es la navaja de sus ilusiones y, del mismo modo -sangriento, cortante, atroz-, es el filo donde baila su ilusión, esa que le dicta las más sublimes notas y profundas metáforas.
Acaso ha descubierto que sus poemas son flor de un día y ya no siente la dulzura de un momento poético ni entre los juegos y las risas de niños.
No será que ha vivido para presenciar la luna perecer y renacer de nuevo y esto lo hizo avergonzarse de haber creido a los hombres cuando le dijeron: “La muerte es para siempre y el dolor nunca termina”
Porque pobre del poeta que crea en el sufrimiento infernal y tema al infierno, merece la compasión del diablo y le botarán del cielo.
Y al fin, ya sin pathos, será denigrado a simple versificador.
¿Y por qué sangra?
Acaso ignora que la poesía es la navaja de sus ilusiones y, del mismo modo -sangriento, cortante, atroz-, es el filo donde baila La Ilusión, esa que le dicta las más sublimes notas y profundas metáforas.
Acaso ha descubierto que sus poemas son flor de un día y ya no siente la dulzura de un momento poético ni entre los juegos y las risas de niños.
No será que ha vivido para presenciar la luna perecer y renacer de nuevo y esto lo hizo avergonzarse de haber creido a los hombres cuando le dijeron: “La muerte es para siempre y el dolor nunca termina”
Porque pobre del poeta que crea en el sufrimiento infernal y tema al infierno, merece la compasión del diablo y le botarán del cielo.
Y al fin, ya sin pathos, será denigrado a simple versificador.
Cada vez te superas, Wersemei, en tus poemas y también en tu prosa. Se nota que las Musas te tienen justo aprecio.
Hablaremos un día de estos, si no estás demasiado ocupada… aunque ya sé que eso sería pedir la luna.
Muchos besos, Wersemei.
El poeta siempre sangra, porque de eso vive, y desde allí perdura.
Sangra porque se escurre su cuerpo oh! seno materno, olvidandose de la corporalidad.
cómo decía césar vallejo, esa forma de caminar por los trapecios.
cariños werse