Pongámonos en el supuesto práctico de que te encuentras detrás de un coche de policía en un semáforo en rojo, y a algún individuo se le ocurre la genial idea de tocar el claxon de su vehiculo. El Señor Policía, creyendo que has sido tú, se baja del coche dispuesto a ponerte una recetita por contaminación acústica, evidentemente, al no haber sido tú el que hizo sonar la bocina, intentas razonarle para que cese en su empeño de multarte, tras un breve parloteo, el agente decide que para solucionar el asunto toques tu bocina para ver como suena y así resolver el malentendido. Bien, llegados a esta situación se te plantean dos posibles resultados:
1- Te niegas rotundamente ya que usar la bocina dentro de poblado está prohibido por la DGT y el agente te detiene por desobediencia a la autoridad.
2- Tocas la bocina y el agente (un poco cabroncete) te multa por contaminación acústica.
Tensión, ¿verdad?, Reflexionen.