Palabras sordas, sin ningún tema adjunto.
Oler y no saber qué como, porque sin sentido alguno,
no volví a verte.
Que te odio, que no entiendo qué me dices.
Sulfurando en mi habitación, grito, malnacida, no vuelvas.
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Leyendo tu texto me doy cuenta de que a veces pasa eso… que es mejor conocer para después conocer mejor.
Nunca es tarde para llegar a conocer a los demás.
saludos.
Del amor al odio, solo hay una linea, el sentimiento invertido después que conocemos más de lo que queríamos. Hay algunas puertas, que deben quedarse cerradas, y a veces es mejor un mal arreglo, a un buen pleito. Saludos a la distacia Morado!…
Que te odio, que no entiendo qué me dices…es en verdad tan habitual esto que planteas.Excelente.Saludos.
Gracias por semejantes palabras, queridos lecotres.
Como de costumbre, este texto también está dedicado, como todos los que escribo, éste en concreto a aquél demonio interno que sólo conoces si lo haces sacar