Y extrañé sus besos en las madrugadas
Extrañé su amor tan puro que nunca necesitó de palabras para hacer que lo sintiera…
Extrañé ir de compras de su mano, bajando las estrellas que fue lo que siempre quise adquirir…
Extrañé sus discusiones cada madrugada cuando los tragos hacían de las suyas en su mente…
Extrañé sentir su voz cada mañana con una taza de café que confirmaba que era hora de enfrentarme a un día más…
Extrañé su piel tan suave y rosada que siempre me hizo sentir como en casa…
Extrañé sus furias al amanecer cuando a gritos desahogaba su dolor…
Extrañé su terquedad, su mal humor y sus deseos descontrolados de tener todo bajo control…
Extrañé sus frías palabras que escupía por doquier dejando a su paso huecos profundos…
Te extrañé tanto mamá…..extrañé tanto esa noche sentirme bajo tus brazos protegida ante cualquier idea furtiva…..pero preferiste preocuparte más por qué diría la gente cuando cada una de esas lagrimas salían a flote sobre mis mejillas, preferiste hacerme huir como siempre a un oscuro escondite secreto donde debía regar las plantas con la humedad de mis ojos…Acaso no veías mis deseos de escuchar de tu vos decir..que te pasa?… Acaso estos años no te han servido para entender que tienes a tu lado a un ser tan diferente a ti como lo es el agua y el aceite…
Y esa mirada rotunda, fría, y curiosa dieron su estocada final a este nuevo comienzo!
Muiy bueno Lau. Hasta te entiendo del todo. En este texto (real o imaginario pero siempre verdadero) hay profundidad de sentimiento. También tuve que decir yo una vez a mi madre… ¿qué pasa?… y cogí el equipaje para liberarme… quizás pudiera comprenderme por qué canto que lo mío no fue ninguna huída (pues nunca he huído de nada ni de nadie) sino una necesidad (porque era necesidad hacerle entender lo que no quería entender). Posiblemente algún ángel de Dios le susurró, antes de morir, la canción que yo cantaba al otro lado del mar… quizás…