Nos hemos negado a perder la memoria física de los difuntos y en un alarde de inmenso deseo de prestigio, creamos los cementerios: la tierra sagrada. El cementerio se divide en zona de niños bautizados, no bautizados, militares, gente sin nombre, etc. Es un universo terrenal donde los panteones surgen como elegoios de ìedra a la potestad de los poderosos. La presencia es sagrada por ley, porque la tierra es sagrada en nombre de los ritos de la ley, y nadie se detiene a pensar que la Tierra es sagrada toda ella, porque es Madre esencial desde el principio de los tiempos.
La incineración es pura. Neutraliza el estado de cuerpo y nosconvierte en aire, en humo y en fuego. somos devorados por la energía de la tierra para desaparecer entre sus infinitos brazos. Las cenizas nos aproximan a lo elemental, a lo atómico, a loq ue realmente fue nuestro origen. Por eso, arrojados al mar o en medio de una montaña, nos extendemos en un abrazo fusional infinito y eterno.
2 comentarios sobre “Elogio de las cenizas”
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Compañero, estoy completamente segura de que esas cenizas son las que nos hacen inmortales. Te felicito por tu pensamiento.
Ese abrazo fusional es quizá la máxima expresión del futuro, más allá de la existencia concreta hay cenizas que nos hacen infinito y lo elemental quizás sea lo único primordial de la vida.