Esta mañana, mientras me tomaba mi café con leche, escucha los gritos “propios de un lunes”, de los parroquianos. Ya no cabía que se debieran a una causa iraquí, ni aun habiendo contemplado las imagenes de la decapitación de un hombre. ¿Quizá un acontecimiento trascendente? Y, de pronto, percibo nombrs y juicios, y hasta increpaciones…”La selección española perdió frente a Portugal”.
He de reconocer que frente al fútbol soy demasiado anónimo, ya se trate de competiciones olímpicas, o de partidillos en la calle de mi barrio. Pero, por la potencia que se percibía…lo del otro día fue una auténtica derrota histórica.
¿Por qué tanto compromiso ante un acontecimiento que no deja de ser lo que es? Mi ignorancia me disculpa un poco, pero…puesto a pensarlo:
¿no será otra guerra de Troya?